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Pascual ofrece una planta de la clínica San Rafael para los afectados

El empresario es el dueño del local incendiado, donde tenía previsto abrir un restaurante en verano

MIGUEL D. GARCÍA
CÁDIZ.Actualizado:

El empresario José Manuel Pascual, propietario de las clínicas Pascual y socio importante en el grupo hostelero propietario del local incendiado, ofreció ayer a los vecinos del edificio que necesitaran un alojamiento, las habitaciones de la planta superior de la clínica de San Rafael en Cádiz, que están recién construidas. El conocido empresario estuvo presente en la reunión que organizó el Ayuntamiento con los vecinos en la tarde de ayer, donde también se ofreció a cubrir parte de los daños ocasionados en las fachadas del inmueble.

Pascual también ha sido uno de los mayores afectados por el espectacular siniestro, ya que ha supuesto un duro golpe al negocio hostelero en el que se había involucrado. El empresario había apostado por este local para crear en él un orginal restaurante, que había creado gran ilusión en el sector empresarial de la zona. Y es que, el establecimiento ha permanecido vacío durante más de diez años, a pesar de encontrarse en un lugar privilegiado del paseo marítimo, desde que el BingoCaleta que lo ocupara cesara en su actividad comercial.

Durante la última década se ha barajado para este lugar todo tipo de proyectos, desde oficinas inmobiliarias hasta discotecas, pero todo acabó cayendo en saco roto, antes incluso de empezar la rehabilitación. Recientemente, un cartel en la pared de ladrillos que tapaba parte de la fachada anunciaba que de nuevo una iniciativa parecía cuajar. El negocio planteado era además original, pues comprendía una cervecería, una cafetería y un bar de copas, que se distribuirían por los más de trescientos metros cuadrados del local y en sus dos plantas. Caber recordar, además, que en el último año la zona del paseo marítimo parecía vivir una reactivación, con nuevos establecimientos que apostaban por el ocio nocturno.

El inicio de las obras de adecuación confirmaron que este nuevo proyecto no era un fuego fatuo más, ni un rumor. Se llegó a hablar, incluso, de una posible fecha de apertura: el objetivo era que estuviera listo en agosto para aprovechar parte del verano. No en vano, los trabajos en el interior estaban ya bastante avanzados. Sin embargo, el incendio de ayer podrían suponer un retroceso gravísimo. Quién sabe si la puntilla. Queda en el aire, por tanto, si el grupo hostelero y Pascual seguirán adelante con sus planes de negocio en la zona.