RUIDO DE SABLES

Estado de excepción, al parecer, en el socialismo andaluz. No se aclara ni el pianista. Si es que hay pianista. Lo cierto es que te cruzas con un cargo público del puño y la rosa y te da corte. Tampoco es para tanto hundimiento y desesperación. Los populares llevan más de treinta años sentados en los mojones de las carreteras del lugar, y el que viene treinta y un año, y ahí están los cuadros y las bases de las siglas PP soportando las inclemencias del tiempo y la llegada de un redentor que les devuelva el Poder perdido hace ocho años con sus noches correspondientes.

Porque estos años transcurridos desde el nacimiento del Poder autonómico, quien más ha padecido ha sido el llamado centro derecha, mientras los socialistas disfrutaron del ordeno y mando y de sus numerosas regalías la mayoría de esos años que tanto añoramos, fundamentalmente porque éramos más jóvenes. Sucede que, cuando menos, si no es llamativo resulta curioso, y es que en los procesos de liquidación de una gestión en el Poder del PP no se produce este estado de sitio que venimos contemplando en los últimos meses.

Se oye ruido de sables en las salas de banderas de las sedes socialistas, surgen mensajeros por cuenta propia que van desvelando(¿) historias de tramas de enfrentamientos, celos personales y los inevitables ajuste de cuentas, entre los afiliados del Puño y la Rosa, se echa en falta a los que se fueron a la Corte y centellean los cuchillos de doble filo en las provincias. Los socialistas son humanos y llevan sangre en las venas. Y, además, tienen ideología, bendito sea el Señor.

Y el centroderecha no es que sea muy distinto, pero sí varias cuartas de más desahogados que sus rivales. No es menoscierto, también, que las cuentas no saldadas entre las huestes socialistas pueden extenderse más legislaturas mientras que los ajustes de afrentas recibidas del centroderecha lo cierran simplemente acudiendo a una romería mariana y todos contentos tras el rezo del Angelus. Así, pues, siempre acabarán desbordados estos izquierdistas cortitos de creencias sobrenaturales por esos creyentes marianos y piadosos que lidera el líder Rajoy.