Indignados del 15M

'¡Tengo 30 años y no sé lo que es el estado de bienestar!'. Esta frase dicha por un anónimo ciudadano del pueblo define muy explícitamente lo que padecen muchos y muchas españolas, no solamente en la actualidad, sino a través de tres décadas en los que a nivel nacional se han turnado tras variados equipos de Gobierno. Hombres y mujeres que tras cursar estudios de las más diversas temáticas o están en paro o han de trasladarse forzosamente al extranjero para ejercer su carrera o peor aún, en España o fuera de ella trabajar en aquellos oficios o menesteres que tras meses de cesantía laboral al que pueden tener acceso aún por debajo de los conocimientos atesorados a lo largo de los años, por no hablar de los que por su edad han de supervivir pensionistas de hasta ¡400 euritos! Mientras, a su lado asisten a las ganancias anuales proclamadas a bombo y platillo en los medios de difusión de las entidades financieras, sin olvidar los 'solidarios' pensionazos de los líderes de las finanzas, o de los administradores de la cosa pública que por el bien de su 'querido pueblo' forman parte de los que integran una profesión en este estado de 'bienestar' ¿o de malestar? denominada políticos, por no hablar de las corrupciones evaluadas en mayor o menor medida de gravedad dependiendo del lugar de España en la que éstas tengan lugar, para agravio comparativo de los más menesterosos. ¿No tienen por tanto derecho a revelarse, a indignarse los que durante lustros y lustros no vieron ni ven el final de su aciago túnel? No pocos economistas, la situación no se solventará en años, algo que se ha ido gestando y no solo en los últimos tiempos, hasta entonces, ahora mismo no faltarán los anhelos, los proyectos, los planes, pero 'obras son amores y no buenas razones'. Unidad por encima de políticas partidistas.