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Chirac y Hollande (a su derecha), en una exposición de arte chino en Corrèze. :: JEAN-PIERRE MULLER / AP
MUNDO

Chirac bromea contra Sarkozy

El expresidente francés dice que votará por el socialista Hollande en las elecciones de 2012 al Elíseo

FERNANDO ITURRIBARRÍA CORRESPONSAL
PARÍS.Actualizado:

Jacques Chirac votará a François Hollande. El expresidente conservador optaría por la papeleta del candidato socialista en las elecciones de 2012 al Elíseo. Hasta tres veces lo repitió el pasado fin de semana para dejar claro que no piensa apoyar a Nicolas Sarkozy, su sucesor en la jefatura del Estado francés. Ante el revuelo causado en el mundillo político, alegó luego que era una broma. Pero en el segundo tomo de sus memorias, que hoy sale a la venta, multiplica las puyas a Sarkozy y alaba a Hollande como «hombre de Estado».

Chirac y Hollande coincidieron el sábado en la inauguración de una exposición de arte chino en el departamento de Corrèze, feudo electoral de ambos. Como quien no quiere la cosa, a sabiendas de que los micrófonos estaban abiertos, el veterano líder neogaullista dejó caer que iba a votar por el candidato a las primarias socialistas. «Salvo si Alain Juppé, al que aprecio mucho, se presenta», apostilló con un calculado ninguneo de Sarkozy.

Malestar en el Elíseo

«La declaración de humor de Chirac a Hollande», como la define el diario 'Libération', no sentó nada bien en el Elíseo. Las presiones del entorno presidencial obligaron al anterior inquilino del palacio a publicar un comunicado de puntualización. «Se trataba de humor de Corrèze entre republicanos que se conocen desde hace mucho tiempo», escribió antes de deplorar que se le hubiera podido interpretar de otra manera. Pero no dijo nada de que fuera a votar por Sarkozy, el hijo político parricida que un día sentenció: «Se cree que Chirac es tonto y bueno pero es exactamente lo contrario: inteligente y malvado».

Para Hollande el apoyo explícito del patriarca conservador es un regalo envenenado. Por eso se apresuró a presentarlo como una broma «para irritar a sus amigos». Pero muchos dirigentes socialistas, como Ségolène Royal, perciben en las iconoclastas palabras de Chirac un distanciamiento de una parte de los dirigentes de la derecha de un Sarkozy visto como caballo perdedor. Como observó con su proverbial tacto el ultra Jean-Marie Le Pen, «si no es ya un fuerte ataque de Alzheimer, Chirac ha expresado el fondo de su pensamiento».

A los 78 años, Chirac anda achacoso, oye mal y camina con dificultad. Sus allegados no le dejan dar entrevistas a radios y televisiones para que no meta la pata. Ni siquiera para promocionar las memorias sobre su etapa presidencial (1995-2007), de las que se han editado 220.000 ejemplares.

En la obra critica por primera vez a un Sarkozy al que presenta como «nervioso, impetuoso, no dudando de nada ni sobre todo de sí mismo». Por el contrario, rinde homenaje a Hollande por su apoyo a la ley del velo islámico, pues «se comportó como verdadero hombre de Estado». Y no es broma.