Pista al artista
Alfredo, en su juventud una promesa del atletismo en pista, tiene el reto de correr solo y de batir su propia marca
Actualizado: GuardarRubalcaba será elevado a los altares laicos de la calle Ferraz como candidato único, un poco por su labor de zapa en todos los flancos, y un mucho porque no ha tenido rivales. Aquellos que osaron retar al Sol no han logrado las 22.000 firmas exigidas para presentarse. A veces la democracia tiene estos bailes de salón, estos rigodones que son tan previsibles como aburridos: un marciano que hubiera aterrizado en España con su nave, el 22 de mayo por la noche, se habría dado cuenta de que Alfredo tenía que ser el candidato. Además, esa misma semana Carme Chacón se cayó cuando una mano anónima le cruzó los cordones de zapato a zapato. En las pasadas elecciones hubo más de un batacazo, las ilusiones del zapaterismo se fueron tumbando unas sobre otras hasta completar un panorama de fichas de dominó en equilibrio imperfecto. Todo muy plástico, es verdad, pero muy trágico al tiempo.
Y, ahora, a Rubalcaba le toca el papel de conducir la nave por un laberinto infernal no exento de daños colaterales. Rubalcaba, antes que ponerse a hacer un proyecto ganador, tiene que encargarse de conseguir que el chiringuito no se le venga encima. Para eso tendrá que ‘matar al padre’, en el sentido freudiano del término, y hacerlo de tal manera que el luto sea corto, las oraciones certeras y que nadie vuelva a preguntar por Zapatero. Ante tamaño reto no es tampoco extraño que Rubalcaba, (hasta el momento así conocido por todo el mundo), pidiera ante los militantes sevillanos durante su primer acto como precandidato: «llamadme Alfredo». Es normal, otros en su lugar se habrían sometido a una operación estética para alejar el pasado todo lo que pudieran de ellos.
De todas formas hace tiempo que Alfredo, antes Rubalcaba, ejerce de consejero delegado en una empresa llamada Moncloa SL en la que Zapatero figura como presidente honorífico, algo así como Di Stéfano en el Real Madrid, salvando las distancias sentimentales que unen al presidente con el Barça. Los otros rivales posibles desde Fernández de la Vega en su día, pasando por Trinidad Jiménez hasta llegar a Carme Chacón, han sido eliminados por Alfredo. Y cuando deje el Ministerio del Interior para dedicarse a la candidatura, la Moncloa se convertirá en la casa de ‘Los Otros’, (un lugar dónde los zombis creen estar vivos).
Alfredo, en su juventud una promesa del atletismo en pista, tiene el reto de correr solo y de batir su propia marca. Confían en él como corredor de maratón pero se equivocan: Alfredo ha venido a disputar los cien metros de aquí a noviembre, cuando serán previsiblemente las elecciones. Y, si no lo consigue, dudo de que permanezca mucho tiempo más en el equipo. Señores: estamos ante un artista, no un obrero.