La procesión más corta de la historia
Varias hermandades de la provincia, entre ellas Jerez y San Fernando, se quedaron sin poder ver en la calle a la Blanca PalomaLa rotura de un varal obligó a la recogida apresurada de la Virgen del Rocío a las 8 de la mañana
CÁDIZ.Actualizado:Decía recientemente el hermano mayor de la hermandad matriz de Almonte, José Joaquín Gil, -que este año finaliza su mandato-, que pretendía que la romería y posterior procesión de la Virgen del Rocío 2011 pasara a la historia y que no se lo olvidara jamás. Lo decía, lógicamente, desde una óptica muy personal porque, pese a su juventud, consideraba que había cerrado una brillante etapa al frente de los rocieros almonteños. Lo que no sabía José Joaquín Gil y muchos de los peregrinos que se acercaron a la aldea es que iban a asistir a una procesión histórica, la más corta de todos los tiempos. Y no por la inclemencia meteorológica sino porque la pasión, llevada a sus extremos más superlativos, iba a provoca un incidente que será recordado por los siglos de los siglos.
Alrededor de las ocho de la mañana, la rotura de uno de los varales del paso de la Virgen del Rocío, debido a un fuerte golpe en el lado derecho, provocaba que la imagen volviera a su ermita suspendiéndose con ello la visita de la Blanca Paloma a sus 108 hermandades filiales por las calles de la aldea almonteña.
La rotura se produjo cuando la venerada talla visitaba la hermandad de Moguer y, ante la posibilidad de que el varal pudiera romperse del todo causando con ello una incidencia mayor, la junta de gobierno de la hermandad matriz decidía llevar a la imagen hasta su templo, lugar en el que entraba alrededor de las ocho y cuarto de la mañana. La precipitada vuelta de la Virgen del Rocío a su ermita, desde donde había salido a las 2.50 horas tras el popular y multitudinario «salto de la reja», se produjo sin que se registraran incidentes.
La sorpresa y la incertidumbre se adivinaba en los rostros de todos los congregados en las inmediaciones de la calle Las Carretas, muy próxima a la ermita, en la que se sitúa la hermandad de Moguer, cuando observaban como los almonteños ponían rumbo a la ermita y dejaban a la Virgen del Rocío de nuevo en su santuario.
El inesperado contratiempo provocó que más de 60 hermandades se quedaran con sus simpecados «plantados» y sin poder ver a la Virgen en la calle. Fue el caso varias de la provincia, entre ellas la emblemática y populosa de Jerez y las de San Fernando, La Línea y Algeciras. Con rapidez se abrieron las puertas del santuario y los romeros más perjudicados por la rotura del varal pudieron reencontrarse con la Reina de las Marismas en unas circunstancias muy distintas a las normales, deseadas y esperadas.
Una de las que sí pudo disfrutar de la cercanía de la Virgen en la calle fue la de Cádiz. Un año más, los romeros de la capital tuvieron un encuentro emotivo y fervoroso que vivió uno de sus momentos culminantes cuando el párroco de Alcalá y pregonero de la Semana Santa gaditana de 2007, Marco Antonio Huelga, cargó con la imagen hasta el lugar donde se hallaba el simpecado de Triana.