Zapatero intenta aplacar los anhelos de un adelanto electoral en el PSOE
El presidente del Gobierno defiende ante su núcleo duro que es esencial para los intereses del país agotar la legislatura
MADRID. Actualizado: GuardarJosé Luis Rodríguez Zapatero se niega a adelantar las elecciones. Ni siquiera está dispuesto a claudicar con un anticipo técnico, es decir, con la disolución de las Cortes a la vuelta del verano y la llamada a las urnas a finales de noviembre, como ya se han planteado destacados socialistas. El jefe del Ejecutivo lo dejó claro en la reunión de 'maitines' -que cada lunes se celebra en la Moncloa con el núcleo duro del partido y del Gobierno- y el portavoz del PSOE, Marcelino Iglesias, se encargó de repicarlo tras la Comisión Permanente en Ferraz. «Con toda rotundidad -dijo-, la voluntad del Gobierno es que las elecciones generales sean en la primavera de 2012».
Iglesias, secretario de Organización del partido y fiel vocero de los mensajes de su aún líder oficial, reiteró en varias ocasiones ante la prensa que todo el Ejecutivo y todo el partido comparte ese criterio. Lo afirmó incluso con vehemencia. Dijo que lo contrario «no sería entendible para nadie», que haría daño a los intereses del país, que perjudicaría la recuperación económica y que paralizaría las reformas aún pendientes. «Debemos transmitir a los acreedores y a los mercados que España es un país que cumple sus compromisos y que el Gobierno y el presidente tienen fuerzas y voluntad política suficientes para despegar de manera definitiva», adujo.
La tesis tiene también como valedores al exlíder del PSOE y hoy vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, y al propio expresidente del Gobierno, Felipe González. Ambos coincidieron en que lo mejor para los intereses españoles es que Zapatero agote su mandato y lleve a cabo las reformas comprometidas.
Las cosas, sin embargo, no han estado tan claras en los últimos días. Después del monumental batacazo de las elecciones locales y autonómicas los principales dirigentes del PSOE se han entregado a una tormenta de ideas de carácter informal, fuera de los órganos del partido, para dilucidar qué estrategia podría permitirles salir mejor parados en un futuro encuentro con las urnas. Y, según fuentes socialistas, la posibilidad del adelanto sí estuvo sobre la mesa. En público, no obstante, el único que se ha atrevido a lanzar la piedra ha sido, una vez más, el díscolo líder de los socialistas castellano-manchegos, José María Barreda.
Con o sin Presupuestos
«Si la situación va a seguir siendo así de extraordinariamente complicada, tal vez adelantar las elecciones sea conveniente», apuntó en Telecinco el defenestrado 'barón'. Después de cómo han resultado los pactos postelectorales para la constitución de ayuntamientos en toda España, los socialistas sienten que se les ha colgado el cartel de apestados. Izquierda Unida (principalmente, en Andalucía y Extremadura), el PNV en el País Vasco, CiU en Cataluña; todos les han dado la espalda y eso hace temer por la estabilidad parlamentaria y la dificultad para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado. «Siempre ha sido posible y ahora -admitió Barreda- empieza a ser probable».
Iglesias defendió pese a todo que incluso en el caso de que no puedan aprobarse las cuentas públicas sería bueno agotar la legislatura. Ahora bien, la clave la dio Felipe González. Porque él admitió que su opinión contraria al adelanto se fundamenta en los intereses del país, y no en los de su partido («que ahí no voy a entrar», matizó).
En el PSOE hay quien cree que cuanto más lejos estén las elecciones del 'tsunami' del 22-M mejor será. Pero también hay dirigentes que creen que Alfredo Pérez Rubalcaba tendrá más posibilidades de salvar los muebles de su partido en noviembre -cuando previsiblemente la cifra del paro haya mejorado gracias, entre otras cosas, al esperado auge del turismo veraniego- que en marzo, dado que lo habitual en los primeros meses del año es que haya un retroceso en el empleo.
A eso se suman las poco halagüeñas perspectivas económicas. Al margen de que España mantenga sus previsiones de crecimiento, arrecian las dudas sobre la solidez de la recuperación y la crisis griega sigue lastrando al conjunto de la UE. La prima de riesgo española vuelve a estar disparada y los peores temores («en 2010 nos salvamos de una intervención pero nada está garantizado», admiten en el PSOE) resurgen. Son argumentos que avalan a los del cuanto antes, mejor.