SUERTE
Actualizado:De Alemania nos tenía que llegar el indulto a los ilusos, los magos, los poetas y los que creemos que, hasta para que dos más dos sean cuatro, es necesario un poco de suerte. El gigante alemán, la máquina más potente de hacer europeos de bien, ha claudicado; no todo es gobernable ni demostrable, como quisiera Occidente. La suerte existe, la buena y su ausencia, que llamamos mala para entendernos. La frase fundacional de la nueva era es la siguiente: «No puedes castigar por tener mala suerte». Yo ya me la he tatuado en el brazo, si lo dice Alemania algún valor tendrá el día que me enfrente a las autoridades para defenderme de alguna acusación, que llegará el momento. La frase hace referencia a la granja de la que se supone ha surgido todo este lío del 'E.coli', la bacteria asesina que nos querían emplumar a los que tomamos gazpacho. Por lo visto, aquella granja cumplía todos los requisitos del sistema en cuanto a normas de higiene y salubridad. Claro, y cuando se respetan las leyes que a uno le imponen y aun así se tuerce la vida en tus narices, no queda otra conclusión que pasarle el muerto a la mala suerte, que no sabemos de quién es propiedad. Lo maravilloso de la cuestión es el concepto de impunidad, la falta de castigo porque la suerte te ha abandonado como el desodorante. Supongo que es pronto todavía para ponerlo en práctica en nuestra sociedad rezagada, pero llegará el día en el que podremos librarnos de multas de tráfico porque nos obligó a aparcar en doble fila. Si analizamos la mayoría de faltas y delitos que cometemos, podemos atribuírselos a la mala suerte. Incluso, podríamos achacarle la familia que nos ha tocado, con su circunstancia y sus carencias, que nos llevaron una mala tarde a tener que apropiarnos de lo ajeno en un centro comercial, por poner un ejemplo. ¡Qué mala suerte, cariño, que el vecino de arriba esté más bueno que tú y que yo le guste! Tranquila, disfruta sin culpa del revolcón, son cosas que pasan hasta en Alemania. Pasen buen día y antes de pagar la multa, llamen a Angela Merkel.