DANIEL CIFUENTES

No creo que exista un solo aficionado (en su sano juicio) que esté dispuesto a sacarse su abono del Cádiz CF mientras Antonio Muñoz tenga algo ver con este club. Ha llegado a tal extremo el daño que su figura le hace a la entidad de la que es todavía máximo accionista que está provocando el rechazo absoluto de una masa social que clama por un cambio radical en las más altas esferas. Ya tiene algo de lo que presumir el señor Muñoz Vera, pues con su forma de actuar ha sido incluso capaz de superar su listón de peor mandatario de la historia para convertirse en un personaje nocivo para el futuro inmediato de la sociedad. Añadan a todo esto el factor esperpéntico que está suponiendo que veamos que existen grupos de compradores que allende los mares llaman a diario interesándose por las condiciones de venta de los actuales gestores. Con semejante panorama ya se pueden imaginar que Roberto Suárez y Jose González padezcan una depresión de tomo y lomo asimilando que hay que confeccionar una plantilla ilusionante con dos perras gordas y que esa leyenda de que cualquier jugador está loco por venir al Cádiz ya pasó a mejor vida. Lo único bueno que hemos visto en los últimos días ha sido la unánime confirmación de que un tipo sencillo y excelente profesional como es Dani Cifuentes acapara en su domicilio todos los trofeos habidos y por haber de la temporada.

Un lateral ha tenido que ser el mejor en una campaña para el olvido y lo peor del caso es que siendo un futbolista perfecto para el próximo curso también podría emigrar. Esto es lo que tiene pertenecer a un equipo a la deriva por los desmanes de un tipo que sigue teniendo el rostro de marmol cuando le abren un micrófono y nos sigue vendiendo su casposo, tronchante e irreal discurso sobre su intachable cadismo y el daño que se le hace al club porque quien no está con él, está contra el Cádiz.