Isabel Allende: «La guerra contra el tráfico de drogas nunca se ganará a balazos»
Con 'El cuaderno de Maya' la escritora chilena se adentra en el infierno de las drogas y explora sus estragos entre los adolescentes
MADRIDActualizado:La familia de Isabel Allende (Lima, 1942) ha sufrido en carne propia los estragos de la droga. De los tres hijos de su actual esposo, una murió a causa de droga adulterada, otro lleva media vida entrando y saliendo de cárceles e instituciones, y un tercero volvió del infierno de la heroína superando una década de consumo.
Son los hijos de William Gordon, segundo marido de la escritora chilena, un abogado californiano retirado que ahora "compite" con ella escribiendo novelas negras.
Nada extraño, pues la autora de 'La casa de los espíritus', que lleva tres décadas facturando 'best-sellers' en treinta y cinco idiomas, se interesara por el fenómeno de la adicción y su letales consecuencias. A ese infierno de dependencia y delincuencia dedica su nueva novela, 'El cuaderno de Maya' (Plaza & Janés). Es una aproximación muy emotiva y personal, en clave casi policiaca, al oscuro universo de la adicción y sus consecuencias en los adolescentes que se ven atrapados en sus redes.
Allende, que presenta la novela estos días en España y que el sábado firmó por primera vez en la Feria del Libro de Madrid, no tiene dudas a la hora de apostar por la legalización de los estupefacientes. Sería la mejor fórmula, a su juicio, para acabar con una potentísima economía paralela que doblega estados y sostiene ejércitos de traficantes multimillonarios, esos cárteles que, solo en México, se han cobrado la vida de más de 40.000 personas en los últimos años y que no da cuartel a la sociedad.
Tiene muy claro la escritora chilena que hoy por hoy "la guerra contra las drogas está perdida" y que la batalla contra el todopoderoso y tentacular 'narco' "no se ganará a balazos".
"Mientras la droga sea ilegal, además de un grave problema de salud tendremos un problema económico de dimensiones colosales, con esa economía negra y paralela y la monumental corrupción que es el cáncer de países como México", sostiene. "Es un problema de salud pública y económico a escala global, pero no militar", insiste la escritora.
"Todos, mis nietos, yo, hemos probado las drogas y el alcohol y no todos somos adictos", destaca Allende, que tiene también muy claro que los jóvenes seguirán acercándose a estas sustancias letales. "Controlar el consumo de forma legal, gravarlo con impuestos e invertir en educación lo que se gasta hoy en armas" sería un camino eficiente, a juicio de la narradora, para dar la vuelta a una situación que, insiste, "jamás se resolverá con las armas".
Espiral
Como con cada novela, Allende se puso manos a la obra un ocho de enero, un rito al que no renuncia, por más que en esta entrega haya cambiado de registro y de lenguaje para adoptar el de una veinteañera. Tras los primeros balbuceos, se fue perfilando la historia de Maya Vidal, una adolescente estadounidense atrapada a sus 19 años en una espiral de drogas, prostitución, alcohol y delincuencia. Acosada por el FBI, la ayuda y el cariño de su abuela Nini serán cruciales para afrontar su adicción refugiándose en una isla del archipiélago de Chiloé, al sur Chile.
En un solitario paraíso, muy diferente del Berkeley y Las Vegas donde discurre su acomodada y tóxica vida, Maya se enfrentará a sí misma por primera vez en su vida. Incomunicada, sin Internet ni teléfono móvil, alejada del bullicio urbano y cosmopolita, plasmará su experiencia en el cuaderno que da título de la novela. Un logro utópico para los adolescentes del siglo XXI. "Los jóvenes de hoy son incapaces de estar en silencio, a solas con su alma ni un instante. La generación multipantalla -la tele, el ordenador o el móvil- que no dejan tiempo para la calma y la reflexión ni saben ni pueden estar incomunicados un solo segundo", lamenta la autora latinoamericana.
Allende ha investigado qué consumen ahora estos jóvenes que utilizan los estupefacientes de manera muy diferente a como lo hicieron sus padres y abuelos. "Consumir drogas no tiene hoy nada de ideal; hay sustancias temibles y peligrosas que te pueden matar con una sola dosis", advierte la escritora, que no lanza mensajes ni da consejos. "No sé cómo se puede salir de la droga, pero sé que se puede". "Con este libro no quiero lanzar ningún mensaje; no tengo respuestas, porque solo tengo preguntas" explica Allende, que pretende únicamente contar "qué le pasa a un personaje como Maya", y relatar "su viaje por la vida, para crecer y salir de la infancia".
Espera tener lectores adolescentes, aunque el libro no está escrito expresamente para ellos y la historia es muy dura. "Sin sufrimiento, no hay historia ni literatura", reconoce. "Los cuentos de hadas son pura tragedia, y contar la historia de una pareja feliz no tiene mucho sentido para alguien que, como yo, vive la literatura como un viaje permanente". "Desde luego que me encantaría escribir otro 'Harry Potter', pero no me sale", ironiza la autora de éxitos globales como 'Eva Luna', 'Hija de la Fortuna', 'La suma de los días', 'El zorro' o 'Inés del alma mía'.
La narradora comprende y respalda la actitud de los jóvenes airados que desde hace un mes expresan su frustración, su rabia y sus ansias de cambio en plazas de toda España. "Nadie les va a regalar nada; necesitan un espacio que no tienen y es lógico y natural que se tengan que abrir paso a codazos", dice. "Nada se obtiene en la vida sin pelearlo", les recuerda a estos jóvenes indignados una Isabel Allende periodista antes que escritora y que luchó "muy activamente" en los sesenta para "quitar las armaduras" a la "hipócrita" sociedad de su país.