Galvín, detrás de García-Pelayo durante la noche del 22-M. :: J. C. C.
Jerez

«Soy un sentimental, me emocionaré cuando dé el bastón a María José»

José Galvín, el edil de más edad y compañero de filas del PP, será el encargado de entregar el símbolo de la Alcaldía de Jerez a García-Pelayo

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Cuando eres un histórico del PP de Jerez, has sido candidato en cinco citas electorales (dos de ellas con Miguel Arias Cañete como cabeza de cartel y tres con la actual, María José García-Pelayo) y edil de la oposición en dos legislaturas, no cabe más satisfacción que ser el encargado de hacer entrega del bastón de mando como próxima regidora a tu compañera de filas. Y por si fuera poco con la satisfacción de una mayoría absoluta que garantiza, a priori, un gobierno estable.

Ésa es la situación a la que se enfrenta hoy con mucha emoción el edil de más edad de la futura Corporación municipal, José Galvín, que ayer ni podía ni quería ocultar la satisfacción que le produce ser precisamente él el que tenga que entregar a García-Pelayo el símbolo con el que se investirá como alcaldesa de Jerez.

«Estoy muy contento, y como soy tan sentimental no descarto que se me escape alguna lágrima», comentaba Galvín en la víspera del pleno, seguramente recordando que se le vio así la noche del 22-M en la que su partido rubricó su mejor resultado electoral en la historia de Jerez.

Para el concejal popular la toma de posesión de hoy simboliza «el premio al trabajo bien hecho, el pago al esfuerzo de tantos años en los que ha habido de todo, momentos buenos, y malos como aquellos del pacto». «Pero de todo eso aprendimos, sobre todo que no hay que abandonar y que hay que saber que uno cuando ara con los bueyes puede encontrarse que no todos van al unísono y en la misma dirección», afirmaba ayer tirando de ironía para referirse a una de las peores etapas que recuerda para su partido, la de el gobierno de coalición con Pedro Pacheco.

Y es que Galvín se asomaba ahora, a punto de gobernar con mayoría absoluta, a esos tiempos pasados y no duda en afirmar de forma rotunda que «ése es uno de nuestros errores del pasado». Pero también recuerda que su partido se recuperó de aquella etapa, adoptó otra forma de trabajar, dio paso a nuevos líderes y ahora se ha alzado con la victoria en las urnas.

Él fue también el que tuvo que entregar hace cuatro años el bastón a Pilar Sánchez. «Aquello fue una obligación, esta vez será una satisfacción», recalca.

Y es que para María José García-Pelayo no tiene más que buenas palabras. «Tiene una voluntad de hierro, y tengo una gran confianza en ella porque la conozco desde sus comienzos, desde aquellos mítines casi de prueba en los que ya me hacía pensar que 'esta niña va a llegar lejos'».

Ahora sabe que lo que le toca al PP no es una perita en dulce, «más bien un caramelo envenenado», pero deja claro que «somos conscientes de cómo está todo, y vamos a luchar por mejorar día a día». «Soy muy creyente, y le pido a Dios que nos ayude un poco» dijo antes de añadir entre bromas «y si vienen empresas mucho mejor».