«Para venir al Rocío hay que hacerlo con el corazón abierto»

Es uno de los fieles defensores de las sevillanas de siempre, la de los romeros, las de nudillos en mostradores y guitarras frente al simpecado. Sus bodas de plata, un total de 25 años haciendo el camino le otorgan una autoridad incuestionable a la hora de valorar la romería de este año 2011, una de las más familiares de cuantas se recuerdan en la hermandad de Jerez.

-¿Veinticinco años de camino son muchos?

-No lo sé. Llevo veinticinco años en el camino, siempre rodeados de mis amigos. Aquellos eran unos caminos diferentes, pero no olvidemos nunca que el camino, el Rocío, es la Virgen, y nada más que Ella.

-Usted es uno de los máximos defensores de las sevillanas a pie de simpecado...

-Por supuesto. Al Rocío hay que venir con el corazón abierto, totalmente dispuesto a dejarte enamorar de la Virgen. A mí me encanta pasar tiempo delante de la Virgen, delante del simpecado, cantando con mi gente sevillanas antiguas, con letras que llegan al alma. Soy rociero de siempre, y así lo vivo.

-Qué le diría a uno que nunca haya estado y que venga por primera vez a hacer el camino del Rocío...

-Que abra su corazón. Que quiera a la Virgen, que se rodee de buena gente, que no tenga miedo a compartir, que comprenda que la fe en la Virgen es lo primero en toda romería.

-Tras tantos años haciendo el camino rodeando de su gente, ¿podría hacerlo ahora sin ellos?

-Me lo pones difícil, la verdad... Yo entiendo la celebración del Rocío como un todo, y mis amigos son parte inseparable de ese todo. Hice mi primer camino en el año 86, con gente buena de mi hermandad de la Yedra, con Paco Barra... Cómo poder olvidar a tantos amigos. Ojalá me queden muchos años más haciendo el camino con toda mi gente, rezando a la Virgen.

-¿Con qué momento se queda del Rocío?

-Yo soy un enamorado del Coto de Doñana. Disfruto mucho en las arenas, este año además he hecho un trozo andando con los peregrinos que vienen... Pero sin duda, el momento más importante para mí es cuando la Virgen llega a la casa de hermandad de Jerez. Todo lo que hago y siento durante el camino se resume en el tiempo que la Virgen quiera estar con nosotros.