Rose Byrne, el nuevo rostro del cine australiano, acumula solo para este año un total de tres estrenos. :: R. C.
Sociedad

«El desembarco de los australianos en Hollywood ha sido salvaje»

Después de pasar miedo en '28 semanas después', de Juan Carlos Fresnadillo, la actriz repite género con 'Insidious' Rose Byrne Actriz

LOS ÁNGELES. Actualizado: Guardar
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Rose Byrne se ha convertido en uno de los rostros más habituales del cine y la televisión. Su trabajo le ha abierto las puertas de Hollywood y acumula para este año tres estrenos. El primero fue la semana pasada, la superproducción 'X-Men. Primera generación', donde se convirtió en un agente de la CIA que ayuda a los mutantes. La segunda cinta llega esta semana: la película de terror 'Insidious', dirigida por James Wan.

-Estrena este año tres películas muy diferentes. La primera fue la precuela de 'X-Men', donde hace de espía. Y ahora, en 'Insidious', se apunta a una de miedo. ¿Cómo fue el rodaje?

-Disfruto con las películas de miedo y el rodaje fue divertido. Me encantó profundizar en la historia, el viajar a otra dimensión paranormal. Toda la historia de 'Insidious' me pareció bastante extraña, rara, como una pesadilla de adolescente.

-En cambio, 'La boda de mi mejor amiga' es una de las comedias más esperadas del año.

-Llevaba tiempo buscando una buena comedia, hasta que leí el guion. No podía creerlo. Era sensacional. Los personajes, aunque parezca mentira, son muy reales porque Kristen Wiig (guionista) quería representar con humor todos los rituales previos a una boda.

-Usted es australiana. Parece que los actores de su país han tomado Holywood.

-El desembarco de actores australianos a Hollywood ha sido salvaje. Cuando yo vine a Los Ángeles hace diez años no había tantos. Éramos una docena. Actrices como Toni Collette, Rachel Griffiths, Naomi Watts o Nicole Kidman nos abrieron las puertas.

-¿Le costó dejar Australia?

-Una barbaridad. Dejar a la familia, los amigos de Sidney.

-¿Qué ha aprendido durante estos años en Hollywood?

-A esperar (risas). Es importante mantenerse alerta, no dejarse vencer por la frustración de la espera, necesitamos controlar al actor que llevamos dentro y distraerlo con otras inquietudes. Por eso me fui de Los Ángeles. Todo gira en torno a la industria del cine y es prácticamente imposible conocer a alguien que no esté relacionada el trabajo.

-¿Ha pensado en dirigir o producir películas?

-Me encantaría desarrollar un documental. Dirigir no porque no me atrae mucho pero sí producir. Vivimos en una época en la que tenemos que pensar en este trabajo como un negocio porque cualquiera puede hacer una película. Se ha convertido en una industria tan competitiva que es necesario diversificar.

-¿Cómo lleva la fama?

-En Estados Unidos nadie me reconoce. Solo los seguidores de la serie me saludan. Y la mayoría vive en Nueva York (risas).

-Ahora que vuelve a rodar 'Daños y perjuicios' con Glenn Close, ¿qué le sorprendió de ella?

-Actores como Glen, o Nicolás Cage, Brad Pitt, o Josh Harnett, con los que he trabajado, tienen en común una cosa: una pasión enorme por su profesión y una ética de trabajo excepcional. Me llama mucho la atención su entrega, su dedicación. No porque sean actores famosos, sino porque alguien como Glenn, que ha estado nominada a muchos premios, todavía siente la ilusión de darse al cien por cien. Entiendo que todos ellos tienen mucho que perder porque son celebridades, pero yo encuentro alivio en su pasión porque mantiene con vida la mía. Glenn es una mujer comprometida con su interpretación igual que cuando empezó y eso hace que trabajar a su lado sea una experiencia única.

-Close intimida en su personaje. ¿Cómo fue su primer encuentro con ella?

-Estaba muy nerviosa porque es una artista a quien siempre he admirado, pero al mismo tiempo es muy dulce.

-¿Cuando decidió rodar la serie?

-Fue un proyecto que me ofrecieron varias veces. En la primera ocasión yo no estaba disponible porque estaba rodando '28 semanas después'. Cuando termine el rodaje todavía no habían encontrado la actriz adecuada para el personaje de Ellen. Hablé con los productores porque me interesaba hacer una serie en la televisión y me contrataron.

-¿Qué cree que hubiera si no se hubiera convertido en actriz?

-Tenía pensado ir a la universidad y estudiar Literatura. Supongo que mi vida hubiera seguido un rumbo académico, enseñando en algún colegio o me hubiera dedicado a la Psicoterapia que también me interesaba mucho. No estoy segura. Llevo tanto tiempo trabajando como actriz, desde los ocho años, que no puedo pensar ejerciendo otra profesión.