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rocío 2011

A un paso de la Blanca Paloma

La hermandad pasará la noche en Aguaperal para afrontar la última jornada del camino

José Vegazo
Actualizado:

Jerez se encuentra a un paso de Ella. A un sólo paso. Jerez vive ya expectante su encuentro con la Virgen del Rocío, que tendrá lugar, si Ella así lo quiere, mañana, cuando el reloj haya pasado con creces el mediodía. La última de las jornadas será corta, muy corta, ya que la hermandad saldrá a primera hora de la mañana, cambiará las flores del simpecado para hacer su presentación en perfecto estado de revista, y partirá hacia la Aldea encontrándose con un Jerez que la espera en sus calles de siempre, Muñoz y Pavón y Bellavista, donde irá encontrando a muchos de los romeros que la han acompañado durante todas estas jornadas de arenas y romero, de cantes y plegarias.

La jornada de hoy ha sido larga, sin embargo. Una de las más tediosas, con la temida raya, fosa de muchos peregrinos que ya andan al límite de sus fuerzas. Pero pese a la dureza de la jornada, sin duda ha sido uno de los días más intensos de la hermandad de Jerez en el Coto de Doñana. Pronto, a primera hora, la corporación levantó el campamento para poner rumbo al Cerro de los Ansares, donde tuvo lugar la eucaristía, la misa de romeros. De nuevo, la presencia de José Mazuelos devolvió algo de estabilidad a la hermandad de Jerez, que afronta su última romería con esta junta de gobierno al frente. De nuevo, la catedral del Coto de Doñana fue el punto de encuentro de una misa, esta vez sí, multitudinaria, con amplia representación de todos los que han acompañado a la Virgen por las arenas. De nuevo, la hermandad de Jerez no encontró un templo mejor que este cerro desértico, que marca el inicio del fin del camino del Rocío. Allí mismo tuvo lugar el Angelus, justo antes de comenzar a andar por las arenas buscando la laguna del Sopetón.

El Sopetón, como la gente de su peña, es aire en medio del calor, brisa fresca por las arenas del Coto. Es normal ver a muchos romeros descansando tranquilos tras el rengue del almuerzo, rendidos por el calor y el esfuerzo, y agradecidos por la sombría laguna que sirve de descanso. Allí, la hermandad descansó unas horas antes de comenzar a andar buscando Aguaperal, lugar donde la hermandad pernocta por última vez durante su romería. La noche de Carboneras, la que puso comienzo a la penúltima jornada de camino, fue de nuevo intensa, algo más corta que la de Marismillas, pero con el mismo sabor. Se nota el ambiente, se notan las ganas de cantarle a la Virgen. Se nota que hay menos gente en el camino este año, pero como dice la sevillana, aquí lo que sobra es gente. Un ambiente familiar, cercano, que sirve para que la hermandad de Jerez haya recuperado valores que tenía perdidos. Hay menos jamón, hay menos gambas... Hay menos lujos este año en el Coto. Y quizá eso sea lo que haya conseguido que se vuelva a la esencia, a lo puro del camino. El camino, siempre, es la Virgen. Y nada más que Ella, como bien recordó el pregonero. El resto, sobra...

Así transcurrió la penúltima jornada de camino para Jerez, que vivió con intensidad un encuentro con los peregrinos que no se había hecho jamás. En el último año de Javier Escobar al frente de los peregrinos en la junta de gobierno, la hermandad apostó por incentivar a que todos hicieran un tramo andando. Fue ayer, desde el rincón del peregrino hasta el rengue del almuerzo. Dio la impresión de que el cansancio de hoy podía incluso tener su excusa en la larga jornada de ayer, pero poco importaba, porque la Virgen se acercaba cada minuto más, cada momento más...

De hecho, la hermandad termina la jornada a escasos metros de la Blanca Paloma. Juan Manuel Toro será el encargado, un año más, de embellecer con flores frescas la carreta del simpecado en la Canaliega, donde también se unificará el cortejo de la hermandad para hacer su presentación en la Aldea. Está previsto que la hermandad entre en la aldea temprano, mañana al mediodía, y que por Muñoz y Pavón y Bellavista acceda hasta la Ermita del Rocío, pasando por delante de la propia casa de hermandad de Jerez. Allí cantará de nuevo el coro Al Alba, allí estará la gente de Fernando Calderón, allí estará la peña el Sopetón, allí estará Malandar, y los Romeritos, Carboneras... Allí estarán las niñas del Pastorcito... Allí estarán todos, porque allí estará Jerez ante su Virgen. Será el momento de contemplar la belleza de Jerez entrando en la Aldea, en una de las presentaciones más ruidosas y con compás de cuantas se hacen en la Aldea del Rocío.

Y ahí no habrá acabado nada, sino que estará comenzando todo. Allí Jerez comenzará su sueño, el que le lleve a vivir con intensidad el escaso minuto que pasará la Virgen con Jerez el lunes por la mañana. Todo se hace por ese momento, todo se hace por ese encuentro, y bueno sería que nadie lo olvidara, porque estaría olvidando lo sustancial para quedarse con lo superfluo. El Rocío es la Virgen, y nada más que la Virgen. A Ella buscamos, por Ella andamos, por Ella rezamos, por Ella cantamos... Por Ella, Jerez está hoy todavía en el Coto soñando.