Marín gobernará en minoría en Chiclana, pero anuncia que buscará el acuerdo en los grandes proyectos
Las «exigencias» del PVRE impiden un acuerdo que garantice una mayoría absoluta al PP
Chiclana Actualizado: GuardarErnesto Marín volverá, salvo sorpresa mayúscula, a ser alcalde de Chiclana a partir del sábado. Pero su regreso será bien diferente. En esta ocasión lo hará al frente del partido más votado en las pasadas elecciones, pero en minoría en la Corporación al no haber podido cerrar un acuerdo de gobierno con el Partido Vecinal Regionalista. Según sus propias palabras ayer, alcanzar un pacto para gobernar en mayoría absoluta con la formación nacida del movimiento de propietarios de viviendas irregulares en la localidad "ha sido imposible". Y lo ha sido, según Marín, "por las exigencias planteadas por los vecinos", que han sido muy exigentes.
Según el lider popular, y tal y como ya adelantó este medio al inicio de las negociaciones hace más de dos semanas, el PVRE había solicitado dirigir las delegaciones de Urbanismo y Turismo, así como contar con la primera tenencia de alcaldía.
Así las cosas, el PP piensa ya en la difícil gestión de la ciudad que tiene por delante. El propio Marin reconocía ayer que Chiclana se encuentra en "una cierta situación de emergencia", con un Ayuntamiento acuciado por las deudas a proveedores y bancos, que este partido cifra en casi 59 millones de euros, y con un desempleo enorme y varios de los proyectos emblemáticos como el tranvía o la ronda oeste, parados.
El próximo alcalde asegura "estar dispuesto a aceptar el envite de gobernar en minoría". Y lo hace desvelando ya algunas de sus intenciones. Marín coge el guante de las urnas, pero consciente de que llevará las riendas de la ciudad sin apoyo mayoritario para sacar adelante su programa, ya anuncia "diálogo y negociaciones con todos los partidos en los próximos meses".
El dirigente popular apuntó incluso que su partido, el PP, está dispuesto a "hacer algunas concesiones" en proyectos y procesos clave como Sancti Petri o la regularización de viviendas. Sobre el futuro del poblado fue tajante; "ha llegado la hora de su puesta en valor, no podemos perder más tiempo y si hay que variar nuestro planteamiento al respecto, se varía", dijo.
Para Ernesto Marín, tras una ronda de contactos con los tres partidos (PSOE, IU y PRVE) que han obtenido 10, 2 y 2 concejales en la nueva Corporación respectivamente, así como de numerosas reuniones con empresarios, hosteleros, comerciantes y agentes sociales, la conclusión es que "Chiclana necesita un impulso". Hay que apuntar que ya se han producido incluso varios encuentros para formalizar el traspaso de poderes entre el gobierno saliente y algunos de los que serán futuros concejales del nuevo ejecutivo local. Así, por ejemplo, con la Feria de San Antonio de por medio, ha habido encuentros de trabajo entre PSOE y PP para que no haya desajustes en el evento. Cuestionado por si teme una segunda moción de censura como la que lo desalojó del poder a finales de 2008, Marín fue taxativo. "No vamos a dar ninguna oportunidad para que haya una moción. Creo que vamos a gobernar razonablemente bien", apuntó.
Román se despide y vuelve a la tiza y a Diputación
Por su parte, en la jornada de ayer, el alcalde saliente de Chiclana, el socialista José María Román, aprovechó la presentación de un cuadro adquirido por el Consistorio para despedirse públicamente de su cargo. Tras resumir la pasada legislatura como "cuatro años singulares e intensos", Román destacó el "muchísimo trabajo, gestión y diálogo, con el colofón de la recuperación del Poblado de Sancti Petri", que han caracterizado a su juicio los dos últimos años y medio de su gobierno en coalición con PSA e IU. El candidato socialista, derrotado en las urnas por Marín, insistió en que en su próxima etapa en la oposición su partido "no será obstáculo alguno para el gobierno del PP".
Además, en el plano personal, el alcalde saliente volverá a su plaza de profesor, que compaginará con su reciente nombramiento como diputado del PSOE en la Diputación Provincial.