OBRAS SON AMORES

Yo no se quien planifica las obras ni su impacto en la ciudad pero, de lo que no hay duda, es que los proyectos parecen una cosa y luego, cuando se ejecutan el resultado es otro. La polémica construcción de La Quilla, que al parecer debería haber sido más escondida de lo que al final quedó, se debió a un quítame o no una palmera. El resultado es que supone una pantalla visual a los que acceden en dirección a La Caleta desde Simón Bolívar para llegar a tan emblemático rincón. Aunque su ubicación no es la más afortunada, según muchos gaditanos por lo comentado anteriormente, hay que reconocer que, los que allí acuden a tomar un refrigerio, disponen de una perspectiva incomparable. Por el contrario, cuando vimos en el proyecto de reurbanización de la Avenida de la Bahía que en la barriada de La Paz se iba a emplazar un restaurante, muchos pensamos que podía constituir un pegote. La realidad ha sido otra y tanto el emplazamiento como la realización del Restaurante Baro en ese lugar, constituyen un total acierto y tanto la estética de la construcción como su ubicación no han podido ser mas acertados. Pero hay algo que quiero comentar. El nuevo parking de Santa Bárbara va a ser una de las bolsas mas importantes de aparcamiento del casco antiguo pero se ha cargado una plaza (la de Rocío Jurado) que ha quedado hecha un mamarracho. ¿No se podía haber diseñado mejor su acceso? La entrada al Parque Genovés ha perdido todo su encanto. ¿Quiénes son los responsable? Ahora, que la ciudad esta pendiente de tantas obras, sería conveniente que cuiden más los proyectos porque, una vez ejecutados, pueden deslucir los resultados.