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El miedo causa el éxodo sirio a Turquía
Ankara abre las puertas a cientos de refugiados, que huyen del país por miedo a posibles represalias del régimen tras la matanza en la ciudad de Yisr al-Shagur
Actualizado: GuardarTurquía ha abierto las puertas a cientos de refugiados sirios que huyen de la violencia en la ciudad de Yisr al-Shagur y que temen las represalias del Ejército tras los enfrentamientos que han dejado más de 120 víctimas. Unas 400 personas, muchas de ellas heridas, han cruzado ya la frontera con el país vecino de forma irregular aunque con el consentimiento de Ankara, cada vez más crítica con el régimen de Damasco.
La mayor parte de los 40.000 ciudadanos de esta localidad habría huido aterrorizada por las posibles consecuencias de una intervención de las Fuerzas Armadas, aseguran tanto la oposición siria como testigos en el lugar. Saber qué pasa exactamente en Yisr al-Shagur es, sin embargo, cada vez más complicado, ya que tanto la telefonía móvil como Internet han dejado de funcionar. El temor a la represalia del régimen es tal que los vecinos que han decidido quedarse habrían instalado barricadas en los accesos a la ciudad, aseguran algunos activistas, para intentar frenar el acceso del Ejército a la localidad.
Hasta 40 tanques y centenares de soldados se concentraban ya ayer a las afueras de Yisr al-Shagur, según denunciaba la red opositora Flash. Las tropas estarían prevenidas para una intervención en la ciudad, que ya fue advertida por el ministro del Interior sirio el pasado lunes, pero que no parece que se haya producido por ahora. Damasco asegura que 120 policías murieron en una emboscada y en varios ataques de grupos armados terroristas en esta localidad cercana a la frontera con Turquía.
Sin embargo, tanto la oposición como testigos contactados por activistas de derechos humanos aseguran que la mayor parte de las víctimas son civiles y soldados que se habrían negado a disparar contra los manifestantes, y que habrían sido ejecutados por sus compañeros.
La presión internacional sobre Siria aumenta cada día. Ayer, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró que, por ahora, no piensa cerrar las puertas a los que huyen de la violencia en Siria, y que el país se prepara para una posible avalancha de refugiados. Los que han llegado por ahora están siendo alojados en un campamento junto a la frontera, donde son atendidos por equipos de la Media Luna Roja. Erdogan también pidió al régimen de Bachar el-Asad más «tolerancia» con los civiles y que ponga en marcha las reformas que ya ha anunciado de una forma «más convincente».
Reino Unido y Francia fueron ayer más lejos y anunciaron que presentarían ante el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución de condena contra el Gobierno sirio por la violencia con la que está reprimiendo las manifestaciones pacíficas prodemocracia. «Hay informes verosímiles que hablan de un millar de muertos y hasta 10.000 detenidos», dijo ayer ante la Cámara de los Comunes el primer ministro británico, David Cameron. «No nos quedaremos callados ante esta barbaridad», añadió. La resolución, sin embargo, difícilmente podrá ser aprobada ya que contará, casi con toda seguridad, con el veto de Rusia, para quien Damasco es el principal aliado en Oriente Medio.