Jerez ya vive en el Coto de Doñana
La expedición rociera sale hoy desde Marismillas para llegar hasta Carboneras
Sanlúcar Actualizado:Lo necesitaba Jerez. Lo necesitaba una hermandad ahogada por los problemas, por el constante ruido que se genera en su entorno más cercano, y no tan cercano. Necesitaba Jerez ese encuentro consigo mismo, esa pausa en mitad de la tormenta. Y la encontró comenzando su caminar hacia la Ermita del Rocío, la que cobija a la Blanca Paloma en Doñana. Ayudó, y mucho, la presencia de José Mazuelos en Santo Domingo por la mañana. Ayudó por su verbo cálido, por su cercanía con los romeros, por dar al fin la cara en el momento más necesario. La hermandad de Jerez afronta la romería prácticamente sin dirección espiritual, con la única presencia del sacerdote Francisco Jesús Fernández Alcedo, un rostro todavía desconocido y que no ha conseguido hacer olvidar al padre Alexis.
Sirvió por tanto la presencia de Mazuelos en Santo Domingo, y a buen seguro que volverá a servir hoy, cuando en Marismillas tenga lugar la primera misa de romeros en el Coto de Doñana. La presencia de la máxima autoridad religiosa de la diócesis con Jerez será notoria, porque acompañará a la expedición jerezana los tres días de romería, celebrando las eucaristías de Santo Domingo ayer, Marismillas hoy y el Cerro de los Ánsares mañana.
Desde primera hora de la mañana no cabía un alfiler en la iglesia de Santo Domingo para la misa de romeros, y la hermandad vivió con júbilo el paso de la comitiva hasta el Sanatorio San Juan Grande. Es sin duda una salida particular la jerezana, quizá algo menos sentida, menos vivida que las de otras hermandades rocieras, pero sin duda, una salida única e irrepetible. Tras el paso por el Sanatorio, donde los enfermos y ancianos se asomaban con precaución a sus balcones para ver pasar a la Madre de Dios, la hermandad comenzó a andar hacia Sanlúcar hasta hacer la primera parada en el Barroso, lugar donde Jerez reza el Ángelus.
Bella tradición cristiana, con el Angelus se recuerda la anunciación de María, su concepción. Tras este breve alto en el camino, y con numerosos jerezanos que querían acompañar a la caravana jerezana, la hermandad continuó por la carretera del Calvario hasta llegar a Ventosillas, lugar donde la hermandad realizó el rengue del almuerzo. Primeras sevillanas al toque, o con los acordes de una guitarra acariciada por manos expertas en caminos y tonalidades. Un almuerzo marcado por la convivencia yla generosidad de cuantos lo vivieron con alegría. Pronto, y con el cansancio ya marcado en el rostro de los peregrinos, la hermandad buscó Sanlúcar, con la bonanza de una climatología que, pese al calor dominante, era benigna teniendo en cuenta que ya pasan los primeros días del mes de junio. Fueron los kilómetros más duros para los caminantes, para los peregrinos que son prioridad ante el resto.
El embarque
La barcaza llegó con polémica, tal y como se había previsto, porque los romeros tuvieron que bajarse de los coches para cruzar el río mientras que los todoterrenos y los conductores lo hacían en otra barcaza, con el consiguiente gasto incluido por los dos embarques. Una decisión muy comentada por los romeros jerezanos desde las vísperas, y que ayer se vio consumada entre las protestas. A las 19.20 horas, el simpecado cruzó el Guadalquivir y se paró en la playa de Malandar. Allí, Jerez comenzó su verdadero camino, ese que le sumerge sin discusión en uno de los parajes más singulares que se conocen. Una explosión de olores, sonidos y colores que hacen del Coto un lugar único en el mundo.
La caravana comenzó a cruzar las primeras arenas todavía duras de la jornada, hasta llegar a Marismillas, lugar donde realizó la primera pernocta del camino.