Los veteranos de Dallas aguantan el calor de Miami
Pese a cargar de minutos a sus estrellas, los 'Mavs' sorprenden con épicas remontadas ante unos Heat que viven del 'Big Three' Los tejanos logran igualar la final cuando más tocados parecían
MADRID.Actualizado:Tras una década en la NBA, Jason Terry decidió en la última pretemporada tatuarse el trofeo Larry O'Brien en su bíceps derecho. Lo que parecía una broma incluso para sus compañeros está cerca de convertirse en realidad. Los Mavericks mantienen igualada la serie de la final y el símbolo del campeón puede lucir en las manos del eléctrico escolta de Dallas, además de en su brazo.
Terry representa el paradigma del espíritu que ha imbuido a los tejanos en unas series finales que han sorprendido a aficionados y expertos. Después de años de proyectos fracasados, Dallas ha tocado la tecla que le puede llevar al anillo. De momento, está dando los pasos adecuados que, aunque de forma dramática, les ha situado a dos pasos de la gloria.
Los Mavericks están haciendo frente al talento del 'Big Three' de Miami tirando de una capacidad de superación sorprendente. El cuajo que dan los años y la conjunción de las aspiraciones de aquel que ya no espera nada pero que se aferra a una última oportunidad de conseguir un reto les han llevado a unas remontadas históricas. También ha ayudado la calma externa que ha aportado el silencio del habitual incontinente verbal Mark Cuban, propietario de la franquicia texana y asiduo generador de espectáculos en las gradas del American Airlines Center.
Con sus cuatro jugadores más importantes, ya treintañeros -Nowitzki (33 años), Kidd (38), Terry (33) y Marion (32)- y acumulando mucho tiempo en la cancha (juegan una media superior a los 32 minutos), Rick Carlisle está tomando decisiones de forma magistral para limitar la trascendencia de la suma de esfuerzos de LeBron James, Bosh y Wade -67,7 puntos; 24,3 rebotes y 10,9 asistencias entre los tres-.
En una guerra en la que Nowitzski está actuando de capitán general -28 puntos y 8,1 rebotes por choque-, los Heat han preferido dar la batalla por perdida con la estrella alemana y centrarse en el resto de enemigos, aunque el resultado no es el idóneo. Pese a que Spoelstra cuenta con un 'roster' en el que figuran veteranos aparentemente solventes -Bibby, Ilgauskas o Mike Miller-, el principal problema que se temía al comienzo de la temporada se ha acabado por desatar. La cesión de responsabilidades al 'trío maravilla' ha generado una dependencia tal en el equipo de Florida que la suerte de los Heat y el segundo anillo de la organización dependen ya exclusivamente del talento de los tres 'all-star'.
Sin embargo, en su rival el efecto es el contrario. Por detrás de Nowitzki, el resto de actores principales de los Mavericks está respondiendo, el banquillo ha aportado descansos de calidad y la figura teutona sigue decidiendo cuando toca. Con esta combinación, Terry, que prometió borrarse su tatuaje si no se proclamaba campeón, puede estar pensando ya en escribir en su piel el año del triunfo bajo el trofeo.