La eficacia de España se impone al ímpetu venezolano
Los campeones cierran una temporada histórica con el récord de 39 victorias conseguido por Del Bosque y el estreno de Manu del Moral
Actualizado:Sin brillo, pero con oficio, profesionalidad y una eficacia extrema, España cerró la temporada con una victoria obligada ante una Venezuela que rebosa tanta ilusión como falta de fútbol. Además de permitir a la Federación ingresar más de cuatro millones de euros, la gira ha servido para engordar las estadísticas, permitir el debut de Borja Valero y Manu del Moral, y convertir a Vicente del Bosque en el seleccionador con mayor número de victorias. Suma ya 39, una más que Luis Aragonés, cuyo trabajo supo heredar y dar continuidad con alguna aportación extraordinaria como la de Busquets, que en esta ocasión jugó mucho más adelantado de lo habitual. La selección cierra un curso histórico sin fallar en más amistosos, persuadida de que el prestigio se gana en los campeonatos pero se honra en cada partido. Todos pueden irse de vacaciones con la satisfacción del deber cumplido y sin lesiones, lo que no es poco en este tipo de encuentros ante adversarios duros y en terrenos secos e irregulares.
Un partido extraño para acabar el histórico curso en el que ‘La Roja’ paseó con orgullo su estrella de campeona universal. Tras el gran triunfo a Boston, tocaba visitar el estadio del general Anzotegui, en Puerto La Cruz, una ciudad portuaria más conocida por la refinería de petróleo y por ser puerta de entrada al Parque Nacional de Mochima que por el fútbol, con más seguidores en la zona andina de la República Bolivariana. Era una cita muy incómoda porque el rival no motivaba lo más mínimo y las condiciones eran muy adversas. Jugar a primera hora de la tarde con unos 37º de temperatura y el 90% de la humedad, invitaba más al baño o a la siesta que a correr a pie de césped. Por eso la victoria tiene su mérito.
Como ya anticipó al ofrecer la convocatoria, Del Bosque decidió cambiar más de medio equipo para repartir los minutos de sus jugadores. Sólo Albiol, Arbeloa, Xabi Alonso, Busquets y Villa se mantuvieron en el once frente a la ‘Vinotinto’. Víctor Valdés recibió el regalo de la titularidad como colofón a su espléndida temporada, aunque luego saldría Casillas para elevar a 121 el número de partidos internacionales y acercase a solo cinco del récord absoluto de Zubizarreta. De los cinco hombres que se quedaron sin jugar ante Estados Unidos, sólo el debutante Manu del Moral esperó en el banquillo hasta la segunda mitad.
Enfrentarse al mejor adversario posible y el irrefrenable deseo de “darle en la madre patria”, tal y como titulaba en sentido figurado un diario local, motivó a los César Farias. Salieron con un ardor y entusiasmo encomiables, aunque algo pasados de frenada. Busquets y Xabi Alonso temieron por su integridad física. Por suerte, el colegiado peruano sacó dos tarjetas rápidas y frenó algo los ímpetus. Los balones divididos se los llevaban casi siempre los locales y Valdés se vio seriamente amenazado.
‘Carabobo’
Pero mientras los venezolanos amagaban, los españoles golpeaban sin perdón. Contaron, eso sí, con la inestimable colaboración del portero Renny Vega, quien jugó en el Udinese italiano y en el Bursaspor turco, entre otros equipos, y ahora milita en el Caracas. En el primer disparo a puerta de España, un lanzamiento de falta desde unos 35 metros de Villa, se la tragó junto al palo. En el segundo intento español, Pedro le superó con la ayuda de un defensor. En el tercero, desvió con apuros un zapatazo lejano del ‘Guaje’ y, en el cuarto, volvió a tragarse un golpe franco lejanísimo, en este caso ejecutado por Xabi Alonso.
Se te debe quedar ‘Carabobo’, otro de los clubes donde actuó Vega, después de ver que te matas a correr durante 45 minutos, que presionas hasta la extenuación, que muerdes, que robas balones en zona de peligro y que te acercas al área rival, y que al descanso te vas con 0-3 en contra. Y eso que ‘La Roja’ jugó con calma, sin arriesgar más de la cuenta el físico y con muy poco desborde y profundidad. El césped, lento e irregular, y el fuerte viento, que ayudó en los goles, tampoco contribuían al lucimiento.
De nuevo, la sucesión de cambios afectaron al ritmo en la reanudación. Si Arango, ex del Mallorca, y Miku, delantero del Getafe, mejoraron las prestaciones ofensivas de los caribeños, Del Bosque se dedicó a ensayar nuevos sistemas y a contentar a sus jugadores. A unos porque les concedía un merecido descanso y a otros, con Manu a la cabeza, porque les premiaba con la internacionalidad absoluta. Cazorla y Silva se situaron por dentro y el reciente fichaje del Sevilla se escoró a la banda. Fernando Torres, deseoso de mejorar sus nefastas prestaciones de este curso, entró por un Llorente que apenas había entrado en juego.
A falta de buen fútbol, mención especial en la reanudación para Víctor Valdés. Su actuación fue soberbia, sobre todo por la atención extrema que puso. Es tan competitivo el catalán que para él no hay amistosos que valgan. Resulta difícil saberse segundo o tercer portero, haber tocado el cielo con el Barça y motivarse para jugar ante la ‘Vinotinto’ en un campo de esos que queman. Si en el primer tiempo salvó un gol cantado con el pie, en la reanudación realizó alguna parada extraordinaria. Un seguro de vida el catalán. Evitó que los venezolanos marcasen algún gol. Se lo merecieron por arrojo, ilusión y perseverancia, pero Valdés no regala nada. Seguro que ni siquiera le gustó ser reemplazado por Casillas cerca del final. Pero el capitán tiene mando.