El simpecado de la hermandad de Cádiz frente al palacio de Congresos, poco antes de entrar en el convento de Santo Domingo | MIGUEL GÓMEZ
comienzo de la romería

Cádiz ya camina hacia la aldea

Las hermandades de la capital, Puerto Real, Rota y Arcos comienzan su peregrinar en busca de la Blanca Paloma. La avería en una de las barcazas en Bajo de Guía provoca algunos retrasos en el embarque de las siete hermandades

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Una señora vestida de flamenca mira al cielo frente al simpecado de la hermandad del Rocío de Cádiz en la calle Plocia. No quiere dar su nombre, lleva muchos años realizando el camino, pero en 2011, por motivos de salud, no puede hacerlo. Lleva la pena por dentro. Junto a ella, un joven con la espantosa camiseta de cuadros con la que el Cádiz apenas ha disputado un partido esta temporada. No parece enterarse de nada y todavía lleva por dentro la pena tras lo sucedido hace diez días en Miranda de Ebro. En la esquina del Ayuntamiento, un presunto votante socialista anima a la portavoz Marta Meléndez: «No te preocupes que tú terminarás siendo alcaldesa algún día». Ese, a tenor de los últimos resultados electorales, tiene más moral que el chaval de la espantosa camiseta de cuadros.

A las diez de la mañana, los romeros llegan a la puerta de la casa de todos los gaditanos. La alcaldesa, Teófila Martínez, acompañada de Jesús Tey, Juan Antonio Guerrero, Mercedes Colombo, Carmen Sánchez, Clara Posada y Ana Mestre, entre otros, recibe a la comitiva. Alguien de la junta de gobierno advierte al hermano mayor: «Manolo que ya está ahí». La espontaneidad festiva que rodea a esta peregrinación su segundo aperitivo con los vivas a la Virgen del Rocío. El primero se había degustado apenas dos horas antes con la despedida del obispo, Antonio Ceballos, durante la eucaristía en la iglesia de San José. La regidora gaditana, como es tradicional, se incorpora al rezo aunque, a diferencia de otros casos en la provincia, ella no tiene mucho que pedir ya que en Cádiz está todo el pescado vendido de cara al próximo sábado, por lo que podrá marcharse pronto a la aldea. Personajes del mundo de las cofradías de penitencia de la Semana Santa no quieren perderse este singular momento. Es el caso del hermano mayor de la archicofradía del Pilar, José Manuel Romo, el del Nazareno del Amor, Diego Gómez o el secretario del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, Antonio Gallarín.

Santo Domingo

A las diez y media de la mañana, la comitiva pone rumbo al convento de Santo Domingo. Junto a la alcaldesa Teófila Martínez y al hermano mayor, Manuel Montaño, se sitúan en la presidencia el párroco de San José, Óscar González Esparragosa y el que fuera presidente del máximo organismo cofrade Rafael Corbacho. En Sopranis, el que fuera teniente de alcaldesa, Enrique García-Agulló, se sirve de las nuevas tecnologías para inmortalizar este penúltimo camino antes del Bicentenario y los niños invitados por el gerente José Ruiz a los desayunos de la Gloria digieren en la esquina de la calle del mismo nombre el sentir rociero.

En el interior de un atestado convento de Santo Domingo, González Esparragosa tiene un gesto con el prior Pascual Saturio: «Gracias padre por bajar a la Virgen a los pies del altar tres días antes del inicio del triduo. Saturio le responde: «Ella, que es la alegría de esta iglesia, tiene que estar lo más cerca posible de los romeros gaditanos».

Poco después la comitiva de romeros, mucho más numerosa ya que la que partió de extramuros, emprende el camino en busca de la iglesia de María Auxiliadora donde se produjo el rezo del Ángelus. Varias señoras vestidas de flamenca muestran públicamente sus intenciones: «Nosotras nos vamos al Sotillo y de allí el sábado para la aldea». Es la otra cara de esta celebración religiosa. La primera parada, como es tradicional, se produjo después de atravesar el Río San Pedro, donde los peregrinos aprovecharon para reponer fuerzas. A las seis de la tarde, cumpliendo con el horario previsto, la caravana llegaba hasta Sanlúcar y alrededor de una hora y media después embarcaba antes de pernoctar en el palacio de Marismillas. Hoy espera una segunda jornada de camino que comenzará a las seis de la mañana.

Resto de hermandades

A las nueve de la mañana, la hermandad de Rota iniciaba su peregrinar desde la parroquia del Carmen. Una de las grandes novedades de 2011 era el aumento de peregrinos de un grupo humano que va ganando enteros en cantidad y calidad. El embarque se produjo con un cierto retraso respecto al horario previsto inicialmente, antes de pernoctar, al igual que Cádiz, en el palacio de Marismillas. Por otra parte, a la diez y media de la mañana era el turno de la hermandad del Rocío de Puerto Real que comenzaba el camino desde la parroquia de San Benito, concretamente desde su lugar habitual en la antigua capilla del Gallinero. En su caso recuperó algo de tiempo con respecto al retraso acumulado por la mañana antes de pasar su primera noche en el palacio de Marismillas. Uno de los momentos más emotivos de la jornada se vivió en la salida de la hermandad de Arcos desde la iglesia de San Francisco. El recorrido por el bello casco antiguo de la singular localidad serrana volvió a convertirse en referente devocional del espíritu rociero en la comarca. Tras embarcar con retraso pernoctaron en el Cerro del Trigo.

La Línea, Chiclana y San Fernando fueron las hermandades que peor lo pasaron a la hora de cruzar el Guadalquivir ya que tuvieron que esperar a que se solucionase el problema técnico sufrido por una de las barcazas.