VÍNCULO, DINERO Y ÉXITO

No se puede hacer nada, es un fenómeno irreductible, como Nadal ante Federer. Si eres afortunado y tienes mucho, lo más posible es que sigas acumulando más y más, aunque también es cierto que puede llegar un punto en el que, como el amor en la canción de Rocío Jurado, se agote de tanto usarlo.

Por mucho que algunos se empeñen en señalar el dinero como la primera variable a tener en cuenta por todo futbolista a la hora de besar escudos por el mundo, estoy convencido de que hay algo mucho más importante para la mayoría de ellos. No, no es el amor por determinados colores o la identificación con ciertos clubes, que el romanticismo se prodiga menos que los pepinos españoles con E.coli por Alemania, mal que le pese a Merkel y sus 'ministras', sino la garantía del éxito, la sed del triunfo, la conquista de títulos, aunque tengas que ser vasallo en vez de príncipe, porque ya se sabe que las penas con pan son menos penas.

Ni los petrodólares de los jeques, ni el mayor de los paraísos terrenales pueden competir con la imagen de tu capitán levantando una copa de gran calado. Esa es la mejor campaña de márketing posible para tu club, el mayor reclamo para seguir juntando estrellas. Le pasó al Real Madrid de 'los galácticos' y le pasa ahora al Barcelona del Pep Team, que amenaza con superar en capítulos a 'Loca academia de policía'. Y eso si que puede ser una locura. Porque si a Messi, Iniesta, Xavi, Alves, Pedro, Busquets, Piqué, le añades Rossi, Agüero, Alexis Sánchez y Cesc Fábregas, lo mejor va a ser que inventen una competición paralela para que Florentino pueda por lo menos presumir de Copa del Rey cada cierto tiempo, Abramovich 'soñar' con una Champions y el resto de los equipos de la Liga española aspirar a no quedar en evidencia cada vez que a 'esos locos bajitos' les dé por tocar la pelota.