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La vecina de Arcos, Susana Perea, es una de las miles de gaditanas que viven pendientes de las subidas del Euribor. :: A. ROMERO
Ciudadanos

«Los bancos te ofrecían dinero para el coche y esto es lo que ha ahogado a muchos»

Una joven vecina de Arcos asegura que el incremento del tipo de interés condiciona la vida de una familia de trabajadores

ANTONIO ROMERO
ARCOS.Actualizado:

Casi treinta meses de respiro y el fantasma del Euribor vuelve a manifestarse. El indicador al que están referenciadas la mayorías de las hipotecas está cansado de no ser protagonista en las conversaciones familiares y ha iniciado una senda alcista que comienza a preocupar a los hipotecados.

«A mi no me toca revisión hasta dentro de unos meses pero ya estoy preocupada», destaca Susana Perea, una joven hipotecada de Arcos. «De hecho, ya me he informado y me han dicho que pagaré unos 25 euros al mes más, algo que es asumible pero que espero que no siga subiendo», añade.

Susana recuerda cómo entre 2006 y 2008, justo después de cuando compró su vivienda, la cuota llegó a subirle más de un 50%. «En aquel momento, mi pareja y yo, estábamos preocupados porque veíamos que la subida era demasiado alta», recuerda. Añadiendo que «cuando vas al banco y te comprometes a pagar una cuota, te obligas a pagar lo que sabes que puedes pagar y cualquier subida te obliga a hacer ajustes». Reconoce que «todo se va pagando, porque no vas a peder la casa por no pagar un poco más, pero lo cierto es que cuando hay subidas de Euribor la hipoteca se hace cuesta arriba». También critica que cuando ella hizo la hipoteca de su casa, en 2006, «el banco te ofrecía dinero de más para los muebles, un coche o lo que fuera, aunque yo no lo quise, pero eso es lo que ha ahogado a muchas familias».

La preocupación de las familias es aún superior cuando el fantasma del paro también se hace presente, complicándose mucho más el pago de las hipotecas. Susana recuerda que «aunque ahora nosotros tenemos trabajo, en algún momento hemos estado parados y la hipoteca entonces se lo come todo». Y apunta además que «los precios de las casas están desorbitados y las hipotecas son demasiado elevadas, nuestros padres compraban una casa y destinaban un poco de su sueldo a pagarla, pero nosotros lo tenemos que dedicar entero».

En el caso de sus padres reconoce que «acaban de terminar de pagar su hipoteca, algo increíble, y que no sé si los jóvenes podremos llegar a decirlo algún día».