OVIDIU ALEXANDRU PETCU
Los mil oficios de un ingeniero de muebles
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Alexandru se puso un día el mundo por montera y se lanzó a España con lo puesto y la casa de una amiga que le acogió una temporada. En Rumanía tenía trabajo, pero quería demostrarse a sí mismo que era capaz de salir adelante en suelo español con su licenciatura en ingeniería superior de muebles. Hace una década que aterrizó y sus sueños no se han cumplido. «Tampoco pasa nada -dice resignado-, sobrevivo y no necesito mucho para sentirme contento y bien». Su vida laboral no puede ser más azarosa. De la recogida de limones en Torrevieja, junto a una cuadrilla de paisanos, pasó al sector de la construcción en Murcia, donde se especializó en montar paneles de pladur. Por fin encontró un puesto en una fábrica de muebles y dedicó noches y días a aprender el idioma para ascender. Pura quimera. Durante tres años perfiló y chapó a tutiplén paneles de melamina para muebles de comedor, hasta que llegaron la quiebra de la empresa y el paro para él y para su compañera, a la que había animado a venirse de Rumanía. Como el subsidio no cubría la hipoteca, probó con otros oficios: fontanería, albañilería, pintura, arreglos de interiores, restauración de muebles... Ahora toca 'madera' y confía en que le contraten en una fábrica de vidrios, donde está de prueba.