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Un lujo para pocos pasajeros
La Parra no despega pese a la millonaria inversión acometida por AENA, que multiplica la comodidad de los usuarios La nueva terminal tiene capacidad para el triple de viajeros de los que atiende
Actualizado: GuardarEl aeropuerto de Jerez ha acometido la mayor inversión de su historia reciente (80 millones de euros) durante la mayor crisis económica que se recuerda. El enorme desembolso de AENA ha convertido a las instalaciones de La Parra en un auténtico salón de lujo de la provincia gaditana para muy pocos invitados. Un dinero que se amortizará a medio y largo plazo, cuando las compañías aéreas y los pasajeros vuelvan a apostar por el aeródromo jerezano.
La puesta en marcha de la ampliación de la terminal ha sido el broche de oro de esta auténtica transformación, una actuación que ha costado 15,8 millones de euros dotando al complejo de capacidad operativa para atender a 2.800.000 pasajeros anuales.
Una capacidad que se encuentra muy lejos de la realidad, no obstante, teniendo en cuenta que el año pasado se superó por poco el millón de viajeros. Como explica Ángela Roldán, que conoce de cerca el negocio porque trabaja en una de las oficinas de rent a car, «han ampliado la terminal, pero la verdad es que no se nota nada respecto al año pasado. Lógicamente hay más comodidad para los pasajeros, porque se han mejorado los servicios, pero el movimiento sigue siendo el mismo». Y es que gracias a esta actuación la terminal ha alcanzado una superficie total superior a los 18.500 metros cuadrados, un 45 por ciento más. La oferta comercial del aeropuerto se ha visto beneficiada por esa ganancia de espacio, con la incorporación de un nuevo punto de restauración y la ampliación del que ya existía en la zona de embarque, o el incremento de las oficinas para compañías de rent a car, que han pasado de cuatro a seis. También se ha habilitado una sala de reuniones para el uso de empresas que quieran celebrar encuentros de negocios sin moverse del espacio.
Los mostradores de facturación han pasado de 13 a 21; las puertas de embarque se sitúan en siete, después de incorporar dos nuevas; hay dos controles de pasaportes, cuando antes había uno; los hipódromos para la recogida de equipajes han pasado de tres a cuatro... Las mejoras son muchas, pero a juicio de Ángela «si a las compañías les cuesta lo mismo aterrizar aquí que en Sevilla, pues ya sabemos lo que harán, aunque estemos en una provincia preciosa». «Hay que hacer -señala- que vengan más vuelos, aunque hay que reconocer que la crisis se está notando mucho».
Uno de los viajeros que ayer estrenaba la nueva terminal del aeropuerto era Luis López, que almorzaba en la ampliada cafetería de la planta de arriba tras llegar de Lugo junto a su mujer. «Hemos venido a disfrutar de esta provincia tan bonita desde Galicia porque estamos de vacaciones, aunque el resto del año vivimos en Ginebra. Nos ha parecido muy bien el aeropuerto, pero por lo que nos dice la gente que trabaja aquí se nota mucho la crisis y hay poco movimiento», señala.
«Nos comentan que antes había más vuelos, pese a que se ha invertido mucho dinero, porque las compañías apuestan por otros aeropuertos como Málaga o Sevilla. A nosotros nos parece una lástima, ya que se trata de una provincia pequeñita pero muy bonita», indica.
Soluciones
Un empleado del restaurante opina lo mismo y aporta soluciones: «La gente no viene porque el aeropuerto de Sevilla es más importante, así que alguien tiene que traer los pasajeros aquí. Los ayuntamientos de la provincia, que también se benefician, y las administraciones en general tiene que ponerse manos a la obra».
Los taxistas que esperan a los pasajeros a la salida también sufren una crisis que «ha llegado justo cuando se ha ampliado el aeropuerto». A ello se une, señala Manuel Ruiz, que «a este le llaman el aeropuerto de los besitos, ya que todo el mundo viene a recoger a alguien». Aunque la situación mejorará con el verano, la piratería también es un factor a tener en cuenta que perjudica mucho al gremio.
Carmen Vázquez y Juan Sánchez, que viven en Frankfurt pero vuelven a Chiclana a visitar a sus hijos, se han sorprendido al contemplar unas instalaciones más grandes que como las recordaban. Ellos también vuelan con Ryanair, una de las compañías que dan vida a La Parra.