La bacteria letal aparecida en Hamburgo se contagia entre personas
La Organización Mundial de la Salud pide a la población que se lave las manos, aunque reconoce que ignora el origen del brote
Actualizado:La crisis del pepino se ha convertido en el mal de Hamburgo en solo una semana. Los focos de los servicios de salud pública de toda Europa han dejado de mirar con lupa la huerta española y se han girado hacia la ciudad portuaria alemana, donde se esconde la bacteria más buscada del planeta. El microbio está causando estragos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció ayer abiertamente que estamos ante una crisis de primera magnitud no solo por sus consecuencias, sino porque poco o nada se sabe sobre el origen de la enfermedad. La cosa, además, se complica. Han aparecido los primeros casos de pacientes que no se han infectado por vía alimentaria. La 'E. coli' asesina ha comenzado a propagarse de persona a persona.
«Este tipo de transmisión nos preocupa y, por esta razón, quisiéramos que se refuercen los mensajes relativos a la higiene personal». Con este escueto mensaje, la epidemióloga de la OMS Andrea Ellis admitió ayer dos cosas: el desconocimiento de la institución internacional sobre el origen de la enfermedad y la constatación de que el microbio ya no está expandiéndose a través del agua o los alimentos, sino de las personas. La buena noticia es que «todos los casos detectados están relacionados con el norte de Alemania». La mala es que el mal de Hamburgo está cobrando tintes de epidemia y ha alcanzado ya «a doce países comunitarios».
Falta de higiene
No deja de resultar curioso que la OMS pida al mundo que se lave las manos, cuando hace apenas unas semanas, a primeros de mayo, reconocía que el 60% de los médicos, en su trabajo diario, tampoco lo hacen. No es una cuestión menor. Cuatro de cada diez infecciones alimentarias en Estados Unidos están provocadas por la falta de higiene, según un reciente informe de los Centros para el Control de las Enfermedades de Atlanta. Contener el avance del mal de Hamburgo, y la OMS lo sabe bien, requiere que la población se asee bien las manos, ahora más que nunca.
¿Por qué? Recapitulemos. La 'Escherichia coli', más conocida como 'E. coli', es una bacteria que, por norma general, vive en el aparato digestivo de las personas sin darnos mayores problemas. Las cepas más agresivas pueden provocar diarreas fuertes y, solo en contadas ocasiones, llegan a desencadenar complicaciones graves de la salud. La cepa de la hamburguesa, sin embargo, no tiene nada que ver con lo conocido hasta la fecha. Se trata de un nuevo microbio muy dañino, fruto de un cruce entre bacterias, una de ellas procedente de una cepa africana, que se sabe que es «muy agresiva». Los datos lo confirman.
El número total de enfermos, reconocidos por la Organización Mundial de la Salud, se eleva a 1.823, según los últimos datos, difundidos ayer. La institución comienza a hablar de epidemia y admite que el brote es el más importante de las últimas décadas provocado por una bacteria. La cifra de muertos se eleva a 18 y sitúa la mortalidad en nada menos que un 1%. El 95% de los casos se concentra en el norte de Alemania. Un total de 520 pacientes, casi un tercio, han desarrollado Síndrome Urémico Hemolítico, una complicación seria que daña el sistema renal, en uno de cada cuatro casos genera importantes daños en el cerebro y puede conducir a la muerte. Suele darse en personas bajas de defensas, como niños y ancianos, pero curiosamente la cepa alemana se ceba en personas de mediana edad y, sobre todo mujeres. Son dos de cada tres. La OMS atribuye esta circunstancia a que ellas suelen ser más dadas que los hombres a comer verduras crudas en ensalada.
¿Pero puede la falta de higiene, una o varias personas que no se lavan bien las manos después de ir al baño, generar una situación así? Los epidemiólogos no descartan nada, porque todo es posible, más aun cuando la incertidumbre es tan grande. Pero ni la propia OMS cree que ese sea el origen del problema. «Lo más probable es que en este caso el modo de transmisión sea a través de los alimentos, pero no sabemos cuál. Y esto tampoco significa que no pueda ser otra cosa», dijo Andre Ellis. ¿Otra cosa, como que? «El agua, el contacto con animales o personas infectadas...». Ninguna certeza, más allá de cual es el causante de tanto mal y hasta donde llegan los efectos de sus acciones. La OMS no se la quiere jugar después de la polémica de los móviles.