El Gobierno se basará en el preacuerdo para decretar la negociación colectiva
La patronal pide que el nuevo marco no sea «demasiado light» y los sindicatos aseguran que los cambios impuestos «nunca» funcionan
MADRID.Actualizado:Una reforma de la negociación colectiva que busque la flexibilidad interna de las empresas, pero que no suprima los derechos de los trabajadores. Así será el nuevo marco que aprobará el próximo viernes el Consejo de Ministros a partir del preacuerdo que los agentes sociales alcanzaron antes de las elecciones y que al final no cristalizó en un pacto acabará con este contencioso por el cambio de postura de la patronal.
«El Gobierno va a coger la base del acuerdo que estuvo a punto de cerrarse entre los sindicatos y los empresarios», explicó el vicepresidente primero al término de la reunión del gabinete que analizó un primer borrador de la reforma elaborado por el Ministerio de Trabajo. Alfredo Pérez Rubalcaba detalló que elaborará esta modificación «necesaria» del mercado de trabajo a partir de los pactos alcanzados por los agentes sociales y las premisas marcadas durante los casi cuatro meses que han durado las conversaciones.
Los agentes sociales desconfían, no obstante, del documento que prepara el Ejecutivo. La patronal solicita que no se apruebe una modificación «demasiado light», ya que presupone que el mercado de trabajo actual necesita cambios urgentes y de gran calado. Mientras, los sindicatos recuerdan que las reformas impuestas nunca han funcionado. «El Gobierno debería de hacer las cosas en términos de equilibrio con la realidad de las relaciones laborales en nuestro país», subrayó el secretario general de UGT, Cándido Méndez.
El máximo responsable de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, aconsejó que se revisen «un poquito» las hemerotecas antes de «precipitar las decisiones». En 2002, el entonces vicepresidente económico, Rodrigo Rato, trató de pactar una reforma de la negociación colectiva. El sindicalista recordó que al final no fue posible y «se salió con otras iniciativas». Por esa razón, pidió al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que recapacite antes de actuar y que no se deje aconsejar por «algunos pretendidos amigos».
Ayer, el titular de Trabajo, Valeriano Gómez, presentó al Consejo de Ministros un primer informe. Fuentes gubernamentales conocedoras del documento constataron que el texto persigue mantener el equilibrio entre las necesidades de las compañías y los derechos de los empleados. Busca dar más protagonismo a la negociación colectiva en el ámbito de la empresa y aumentar las medidas de flexibilidad interna, con una mayor capacidad de adaptación de las condiciones de trabajo a las circunstancias empresariales.
Sobre la vigencia de los convenios -la tan traída y llevada 'ultraactividad'-, el documento apuesta por que cuando expiren los acuerdos laborales y las partes no consigan acordar su renovación, las diferencias se solucionen mediante comisiones paritarias o se opte por el arbitraje.
Tras una ruptura cada uno cuenta sus razones para explicar esta decisión. Casi nunca coinciden e incluso a veces son contradictorias. La negociación colectiva no ha sido una excepción. Un día después del anuncio del desacuerdo, la patronal y los sindicatos trataron de justificar el porqué del fracaso. El presidente de CEOE, Joan Rosell, acusó a las centrales de «querer entrar» en el funcionamiento de las pequeñas y medianas empresas, pero Méndez negó que existiera esa pretensión.
Mientras el patrón de patronos declaró que estaba dispuesto a asumir el «50% del fracaso», Fernández Toxo no quiso cargar «ni un grado» de responsabilidad en el naufragio de la negociación colectiva.