Samba
Jerez Actualizado: GuardarSamba es el nombre de un senegalés de Dakar, pero como tantos otros vino buscando una vida mejor y se encontró con Jerez. Me contaba con una amplia y feliz sonrisa que Samba en su idioma significa suerte, para añadir después: «en Brasil se entiende como baile pero en mi dialecto…» y deletreándome con marcado acento francés pero con buen español me subrayaba: «uve doble, dos o, l, y al final una f». Total que sale Woolf, si no me dejo ninguna letra en el camino de la conversación. «En Senegal hay muchos dialectos, pero también es donde mejor hablamos el francés, los que me escuchan hablar piensan que nací en Francia, pero también sé inglés y español». «Llevarás mucho tiempo aquí pues lo hablas muy bien». «No, solo algo más de un año».
Yo no me explico por qué de cualquier parte del mundo son tan buenos para los idiomas, menos nosotros. Lo que nos cuesta hablar con fluidez o sólo hablarlo. Además, con nuestro evidente miedo al ridículo, los que saben un poco ni se atreven a marcarse una conversación.
En fin, este chico como muchos otros, se gana la vida decentemente vendiendo sus habilidades; objetos de madera o bisutería hechos por él mismo. Y es feliz, se le vía contento y satisfecho. Porque no es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita. En Occidente basamos la felicidad en el tener más que en el ser.
«En la selva del Perú les hace falta de todo y toda la ayuda que reciban es poca, hoy sale un cargamento», me contaba la otra tarde un voluntario de Madre Coraje. Como ven, me he trasladado con la rapidez que da el pensamiento, de África a Latinoamérica. Esta es la suerte de escribir y de encontrar gente buena y solidaria en el camino de una calle o un lugar. Y aquí me paré ayer, en Madre Coraje y con Antonio; un jubilado que confiesa entre risas: «trabajo más que antes, pero feliz, he ido varias veces al Perú y después de volver me he dicho ¡ya no voy a enfadarme con nadie! Esta gente no tiene nada y son felices con lo poquito que les damos y a mí que no me falta de nada ¿voy a complicarme por tonterías?». Pues sí, son muchos los que te devuelven una sonrisa, una mirada ancha, gentil y generosa. Gente sincera que no espera nada a cambio, como estos amigos a los que dedico el Apunte de hoy. A ellos y otros les deseo mucha Samba en su vida.