Saleh conduce a Yemen a la deriva
Los choques entre las fuerzas del presidente y un grupo tribal se intensifican, mientras Al-Qaida aprovecha la inestabilidad para atacar
Actualizado:Con tres frentes abiertos, el conflicto al que se enfrenta el presidente de Yemen, Alí Abdalá Saleh, cada día se parece más al de una guerra civil. Las tropas del régimen luchan contra los manifestantes prodemocracia (pacíficos) en ciudades como Taíz, contra los hombres del jeque Sadeq Abdalá El-Ahmar en la capital y contra los milicianos islamistas, que se han hecho con el control de parte del sur de Yemen. En las últimas 48 horas, más de 84 personas han muerto en violentos enfrentamientos en diversos puntos de un país cuya estabilidad y seguridad parece que está fuera de control.
En Saná, una cuarentena de personas, la mayor parte de ellas fieles a El-Ahmar, murieron durante la noche del martes en los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Las escaramuzas callejeras continuaron durante todo el día de ayer. Los milicianos seguidores del jeque, líder de la tribu Hashed, que se ha unido a la oposición, han desafiado la autoridad del presidente Saleh y han ocupado varios edificios públicos en la capital.
La inestabilidad del país está siendo aprovechada también por grupos como Al-Qaida, un viejo conocido de Yemen, ya que la rama arábiga de la red terrorista opera desde la frontera con Arabia Saudí. Según la agencia oficial de noticias, 44 miembros de Al-Qaida murieron el martes en el asalto de un cuartel militar cerca de la ciudad de Zinyibar. La localidad se encuentra, según Efe, en manos de los radicales, y el Ejército realiza bombardeos para intentar recuperar el control del emplazamiento.
Desde que comenzaron las revueltas en Yemen el pasado enero, espoleadas por las revoluciones de Túnez y Egipto, todo intento de mediación pacífica ha fracasado. Saleh, que lleva 32 años en el poder y que no tiene visos de querer abandonarlo, ha rechazado hasta tres veces el plan presentado por el Consejo de Cooperación del Golfo para que traspase la dirección del país al vicepresidente. Los manifestantes, que han sufrido centenares de víctimas mortales entre sus filas, también consideran que se ha llegado al punto de no retorno, y no están dispuestos a abandonar la calle.
La fragilidad de un país donde el sentimiento tribal es fuerte, y donde el terrorismo islamista empuja a Yemen hacia el terreno de los Estados fallidos, Saleh se ha declarado a sí mismo como único salvador e integrador de la patria, y parece estar dispuesto a llevar a sus conciudadanos a una guerra civil para defender esta idea.