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El pulso lento del segundo puente

Fomento iniciará este verano la colocación del tablero por la orilla de Cádiz, un año después de lo previsto

Javier Rodríguez
CádizActualizado:

La obra del segundo puente de Cádiz cambiará su imagen este mismo verano, concretamente a finales de julio, una vez que los ingenieros autoricen el empuje del tablero que se construye en la orilla de Cádiz y se coloque sobre los primeros pilares del viaducto. Será un hito histórico, ya que el puente comenzará entonces a tener formar y dejará de lado esa estampa de esqueleto de hormigón que nos ha acompañado durante meses. Desde luego es una buena noticia, pero se trata de una actuación que estaba prevista para junio del año pasado.

Los plazos para la culminación del nuevo acceso a Cádiz se torcieron a mediados de 2010 y, desde entonces, ha sido muy difícil recuperar tanto los ritmos de trabajo como su programa de obra. El Ministerio de Fomento ha trabajado desde principios de año con dos fechas para el estreno de la obra cumbre del Bicentenario. Por un lado, se barajó el 19 de marzo de 2012. El objetivo no era otro que abrir el puente de ‘La Pepa’ justo el mismo día en que comienzan los actos del Doce. Sin embargo, esta propuesta ya se ha descartado ante la imposibilidad de cumplir con la fecha. La segunda opción que se baraja ahora es la del 12 de octubre, una hipótesis que ya confirmó Fomento tras reprogramar la obra en enero de este año. Esta fecha coincide con la cumbre de jefes de Estado que se celebrará en Cádiz, pero esta propuesta aún sigue en el aire debido al retraso que acumula el proyecto.

La instalación del tablero desde Cádiz es una maniobra compleja. Consiste en colocar 542 metros de estructura metálica sobre las primeras nueve pilas. Para ello, se han soldado en tierra los cajones que integran el primer tramo, de algo más de 125 metros de longitud y, una vez colocado, se irá soldando el resto a razón de tramos de 75 metros y un peso superior de 15 toneladas. La dirección de la obra tenía previsto iniciar en junio pasado este proceso, sin embargo, comienza ahora con un año de demora. Esta operación durará, al menos, nueve meses.

No es el único movimiento que va con retraso. El tramo atirantado también se ha quedado descolgado del plan de obras. Los ingenieros tenían previsto iniciar esta fase en julio del año pasado y todavía, ni siquiera, ha concluido la construcción de las dos pilas centrales. De hecho, los mástiles desde donde saldrán los 176 tirantes que aguantarán los 540 metros de estructura sobre la Bahía no se han colocado y la segunda previsión era en mayo de este año.

La tercera parte que acumula también demora es el entramado del nudo de Río San Pedro. La dirección de obra ha comentado en varias ocasiones que los temporales de viento y agua que han sacudido a la Bahía durante el otoño y el invierno han sido, en cierta medida, responsables del retraso que llevan algunos tajos. En el caso del Río San Pedro ha habido que esperar a que los taludes drenen el agua para acometer su asfaltado. Está previsto que la segunda fase del nudo, es decir, la que conecta con los polígonos de La Cabezuela y el Trocadero, se abra al tráfico este mismo verano, cuando inicialmente se había programado para principios de este año.

El segundo puente de Cádiz iba a toda máquina, incluso con cuatro meses de adelanto sobre el plan marcado, hasta que en junio del año pasado la empresa adjudicataria de los trabajos, la constructora Dragados, echó el freno de mano y paralizó la obra por el impago de dos certificaciones. El Ministerio de Fomento adeudaba algo más de diez millones de euros a la empresa y Dragados cortó en seco. Precisamente mañana se cumple un año de esta medida. El Gobierno de la Nación anunciaba entonces un severo plan de ajuste de las obras públicas en España para reducir el déficit público. El Ministerio de Fomento tenía que aplicar un tijeretazo de 3.500 millones de euros a su plan de inversiones. De esta forma, la obra del segundo puente de Cádiz se veía afectada por el recorte presupuestario. Dragados fue ordenando la retirada paulatina de los tajos de trabajo, así como de la maquinaria. Mientras tanto, los agentes sociales de Cádiz pedían responsabilidades y desde el PSOE comenzaba una presión en Madrid para retomar la obra y cumplir con las fechas. Sin embargo, la incertidumbre sobre el futuro del puente continuó hasta el 22 de julio. El ministro Blanco comparece para anunciar la rescisión de 32 contratos de obras en carreteras y ferrocarriles y el aplazamiento de 199 proyectos, pero no concreta si el puente de Cádiz es uno de los proyectos afectados. La obra sigue bajo mínimos. Blanco visita Cádiz en agosto de 2010 y asegura que el proyecto se ha salvado de los recortes. Además garantiza su financiación con una aportación extra de 82 millones de euros.

El puente acumulaba en esa fecha tres meses de parón y volvió a recobrar la actividad a finales de septiembre, sin embargo, no sería hasta final de año cuando llegó la normalidad. Los ingenieros reprogramaron la obra en enero de 2011 y se advirtió una disminución de la plantilla, que pasó de 400 operarios de media a unos 180.

El segundo puente supone una inversión de 308 millones de euros y los Presupuestos Generales del Estado han reservado apara este año 62 millones y otra partida de 59 para la siguiente anualidad. Algunos políticos ya dan por hecho que la obra no estará en 2012.