Alemania exculpa a los pepinos españoles después de hundir el sector hortofrutícola
El Gobierno español exige una reunión de la UE para tratar el tema y resarcir a los agricultores de las millonarias pérdidas
BERLÍN.Actualizado:Después de cinco días de sospechas, dieciséis muertos, pérdidas multimillonarias y el bloqueo a las importaciones de productos hortofrutícolas españoles en varios países de la UE e incluso en Rusia, las autoridades alemanas reconocieron ayer que los pepinos procedentes de Almería no son los causantes del peligroso brote de la bacteria Eschiria Coli enterohemorrágica. La responsable de Sanidad de Hamburgo, Cornelia Prüfer Storcks, la misma persona que anunció el jueves que los análisis realizados habían descubierto la bacteria asesina en tres pepinos procedentes de Andalucía, reconoció ayer que las hortalizas españolas no eran el origen del brote. El anuncio, en cualquier caso, no saca de la inquietud a los germanos, que siguen sin saber cuál es la causa de la grave contaminación.
La reacción española, mezcla de alivio e indignación, no se hizo esperar y fue la propia ministra de Medio Rural, Rosa Aguilar, la encargada de responder a las autoridades germanas. «Nos han acusado de manera injusta, indebida y sin pruebas», declaró, a la vez que advertía de que el Gobierno estudiará qué medidas se deben adoptar para resarcir los daños en un sector que ha cuantificado sus pérdidas en casi 200 millones de euros semanales. Aguilar planteó también la necesidad de convocar un consejo extraordinario de ministros de la UE para tratar este tema.
Pero no parece tan claro que el Ejecutivo alemán entone el 'mea culpa' y admita que su gestión en la 'crisis del pepino' no ha sido la más afortunada. La senadora de Sanidad, en sus explicaciones, aclaró que los últimos análisis realizados en el Instituto de Higiene habían demostrado que la variante de la bacteria detectada en los pepinos españoles no coincidía con la encontrada en las heces de los enfermos, una certeza que colocó a las autoridades germanas en la misma situación que tenían la semana pasada. «Estamos como antes; la fuente aún no ha sido identificada y nuestra esperanza de descubrir el origen del Síndrome Urémico Monolítico (HUS) no se ha concretado», confesó Cornelia Prüfer, que compareció ante la prensa junto al alcalde de Hamburgo, donde se concentra el mayor número de casos, y el jefe del Instituto de Higiene.
En su intervención, los tres reiteraron que las advertencias de no consumir pepinos, tomates y lechugas crudos seguían estando vigentes, sin importar el origen de los mismos. El alcalde, por su parte, tuvo una breve referencia al enfado de los agricultores y políticos españoles y señaló que el objetivo de España debería ser solucionar el problema en vez de «hacer política con él». Tampoco se disculpó la responsable de Sanidad por haber puesto a los agricultores españoles en el ojo del huracán y haberles causado pérdidas millonarias sin razón alguna. Prüfer Storcks insistió en que las bacterias detectadas en los pepinos procedentes de España no eran inofensivas y por eso se seguirán inspeccionando y analizando los tomates, pepinos y lechugas en los mercados, tiendas de alimentación y restaurantes de Hamburgo. La ciudad hanseática es, hasta el momento, la más afectada por el brote con 569 pacientes, aunque la lista total de enfermos ronda ya las 1.400 personas. Según el Instituto Robert Koch, 353 pacientes están afectadas por el peligroso síndrome urémico monolítico (HUS), una realidad que puede aumentar el número de víctimas fatales en los próximos días. También se conoció ayer el caso de la primera muerte fuera del país. Se trata de una mujer sueca de 50 años, que había viajado recientemente a Alemania.
«El daño ya está hecho»
Lejos de aplacar sus críticas, las palabras absolutorias de las autoridades alemanas provocaron aún más enojo entre los productores andaluces afectados por el cierre de los mercados europeos. «El daño ya está hecho», valoró en conjunto el sector hortofrutícola español. «Han sido unos irresponsables y su actitud nos ha causado un perjuicio inmediato en la imagen de nuestras hortalizas y en la credibilidad de nuestro sistema productivo», remachó el director general de la Federación Española de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex). De hecho, ayer mismo, intermediarios de El Ejido confirmaron a este periódico que «el cien por cien de la producción está perdida» y que incluso el género se está «tirando a la basura» ante la imposibilidad de venderlo. «Esto es un desastre», lamentó Fede Ramírez, uno de los corredores afectados.