Tribuna

El municipalismo después de las elecciones

PRESIDENTE DEL COMITÉ DE ENLACE PROVINCIAL ANDALUCISTA Actualizado: Guardar
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El pasado 22 de mayo hemos celebrado elecciones municipales o locales, creándose un nuevo mapa político en nuestros ayuntamientos andaluces. Estas elecciones marcan un ciclo nuevo político, no solo desde el punto de vista partidista, con los cambios de composición de las Corporaciones Locales, significado sobre todo por el gran retroceso sufrido por el PSOE en Andalucía y en nuestra provincia, sino también en el cambio de la gestión pública, lo cual va a tener una repercusión en el día a día de los vecinos y vecinas.

La crisis económica ha llegado descubriendo las vergüenzas en la gestión económica de las administraciones públicas. Concretamente en la administración municipal descubre algo que los andalucistas hemos denunciado desde hace décadas la falta de una suficiente financiación local, de un pacto local similar a los que existen en la mayoría de los estados europeos, sin ella no hay autonomía municipal, es algo que ordena la propia Constitución Española de 1978 (Artículo 140: La Constitución garantiza la autonomía de los municipios; y Artículo 142: Las Haciendas locales deberán disponer de los medios suficientes para el desempeño de las funciones que la Ley atribuye a las Corporaciones respectivas y se nutrirán fundamentalmente de tributos propios y de participación en los del Estado y de las Comunidades Autónomas), pero sin embargo ni sucesivos gobiernos del PP y PSOE han obedecido el mandato constitucional y solucionado este problema, pese a que los alcaldes de todos los colores políticos lo han reivindicado en la FAMP y FEMP (federaciones andaluzas y española de municipios y provincias). Los Ayuntamientos como administración pública más cercana al ciudadano presta unos servicios no suficientemente financiado e incluso cubre competencias que corresponden a otras administraciones.

Esta crisis no solo descubre este déficit estructural y constitucional, también un modelo de gasto público despilfarrador, no en todos los Ayuntamientos como muestra las diferentes situaciones de las haciendas locales, pero que demuestra que se ha gestionado sin responsabilidad política como si el dinero público no tuviera fin, así se ha abusado del empleo público ante la incapacidad de generar, promover o incentivar actividades económicas que crearan empleo, se han abordado obras faraónicas con poca utilidad pública, creación de organismos públicos no necesarios, sueldos excesivos, gasto mayor que ingresos cargándolo a los hombros de proveedores que no cobran sino a largo o muy largo plazo, gastos desproporcionados en publicidad y medios públicos de comunicación, etc. todo ello, se cubría por medio de ingresos que los Alcaldes suplicaban a Diputaciones, Junta de Andalucía y Gobierno Central, sobre todo si se era del partido gobernante en estas instituciones.

Las nuevas Corporaciones Locales conocen que está legislatura va a tener ingresos mermados, ya no sólo por los ingresos propios sino también porque las otras administraciones públicas tampoco van a estar en disposición de grandes dispendios, y por supuesto el Partido Popular o el Partido Socialista Obrero Español si no cambiaron la financiación en tiempo de bonanza económica dudo que lo hagan precisamente en estos momentos.

Los nuevos Ayuntamientos deben de tener el principio de austeridad por bandera junto al de la rentabilidad social de los gastos. Es necesario una nueva mentalidad en los Ayuntamientos, que debe de ser el punto de arranque para una reforma en todas las administración pública no sólo en la gestión sino también en la estructura, dado que existen entes duplicados y otros con poca utilidad pública, pues lo que todos vamos a exigir a los Ayuntamientos hay que exigirlos con más fuerza a las otras administraciones públicas, más culpables del déficit público que las Corporaciones Locales.

Esta situación difícil no debe de hacernos caer en el pesimismo, algunos interesados están empeñados en mentalizar a la ciudadanía de que todos los políticos son iguales, esto no cambiará, no tenemos solución, etc., debemos creer que la situación actual tiene solución en los Ayuntamientos con responsabilidad, realismo, trabajo, ingenio, prioridades, sin olvidar el estado de bienestar social. Todo esto debe de estar acompañado de una mayor transparencia y participación ciudadana, pues todo lo anterior no tendrá suficiente frutos sino hay una complicidad con la ciudadanía que debe de acercarse a los Ayuntamientos y ser cómplices con la Corporación Municipal. Es gobernar con los vecinos no para los vecinos.

Soy optimista tras estas elecciones municipales, pero tenemos asignaturas pendientes que debemos aprobar para poder realizar una nueva gestión, debemos apartar de las sillas del poder a los corruptos, a los que han sido condenados por delitos en la gestión pública o a los que están imputados por los mismos delitos. Algunos no deberían estar en los salones de pleno pero los ciudadanos los han votado, pero no por ello debemos colaborar con los mismos, los andalucistas no colaboraremos.