Un agricultor recolecta pepinos en una huerta de Conil . :: ANTONIO VÁZQUEZ
Ciudadanos

«Es lo que nos faltaba, van a arruinar los campos»

Los productores de pepino de la provincia lamentan que la calidad de sus productos quede en entredicho

CONIL. Actualizado: Guardar
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La selva de matas y flores de pepino de Antonio Aragón pende de un hilo. Y ese hilo no está cerca de su domicilio en Conil, sino más bien lejos, tan lejos como el sur de Alemania. La crisis del pepino salpica ya los pocos invernaderos de la provincia en los que se cultiva este apreciado producto, típico en gazpachos, ensaladas, e incluso tratamientos de belleza.

«No hay derecho. ¿Qué quieren ahora, hundir los campos?» La amarga queja de este agricultor conileño se repite en la sala de subasta de la Cooperativa a la que pertenece, la de Las Virtudes, a pocos metros de El Colorado. Su presidente, Bartolo Ramírez, lo tiene claro. «Esto no es más que una guerra de precios. Hay que pensar a quién beneficia que se diga que la huerta española está contaminada».

Las quejas continúan subiendo de tono, a medida que se recorren los pasillos e hileras de los más de mil metros cuadrados de plantación de pepino.

Con la variedad de pepino francés, Antonio Aragón y otros agricultores como Juan Aguilar aseguran que «no se vive». Ellos utilizan cada cosecha, dos al año como máximo en los invernaderos acondicionados para suplir las condiciones de calor, para completar sus ingresos, y no permitir que la tierra se duerma.

«Son cosechas de ciclo corto, apenas 30 ó 35 días; aquí por ejemplo nosotros tenemos unas 2.300 matas, a cinco o seis kilos por mata, eso es lo que vendemos», explica.

Se da la circunstancia de que la mayoría de los productores de pepino de la provincia no lo venden en subasta. El género llega directamente a la central de manipulación, donde se envasa la verdura para su comercialización en grandes superficies y supermercados.

La media a la que venden el kilo es de 20 céntimos. El precio final para el consumidor sube hasta los 1,2 euros de media. «Es absurdo decir que el pepino es malo. Si no llevan nitrato ni necesitan nada químico para estar buenísimos», defienden los agricultores.

Y llega la enésima queja, con razón. «La demanda de pepinos no se ha desplomado con esta crisis; se puede decir que la demanda ya estaba desplomada», aseguran. En estos momentos apenas el 1% del volumen total de mercancía hortofrutícola que se mueve en la provincia es pepino.