El rey regresa al quirófano
Don Juan Carlos, que sufre fuertes dolores articulares, será intervenido de la rodilla derecha en los próximos quince días
Actualizado:A sus 73 años, el rey Juan Carlos era el pasado domingo el centro de todas las miradas. Los cuchicheos de ese día poco tuvieron que ver con el modelito rojo que había escogido doña Letizia o el traje pantalón que llevaba la ministra Carme Chacón. Con su verde uniforme de Capitán General del Ejército, el monarca fue el protagonista del homenaje a la bandera y a los caídos por España que con motivo del Día de las Fuerzas Armadas se celebró este fin de semana en Málaga. No pasó inadvertido que el rey caminaba renqueante, con pasos excesivamente pequeños, mientras pasaba revista a la compañía mixta de los tres ejércitos y de la Guardia Civil. Ahora se ha conocido el por qué. Don Juan Carlos ya no aguanta más. Su rodilla derecha se encuentra demasiado tocada y requiere de una intervención inmediata para mitigarle los dolores articulares. En menos de quince días le espera el quirófano, según anunció ayer oficialmente la Casa del Rey.
El soberano deberá someterse a una artroplastia que lo recluirá unos días en el hospital, en cualquier caso una estancia breve, ya que este tipo de operaciones solo requiere de analgesia epidural. Su caballo de batalla se centrará entonces en la rehabilitación, que en estos casos pasa por ser lo más duro. Aunque el Rey atesora casi con un doctorado en estas tareas. Desde hace unos meses cuenta en la Zarzuela con un equipo de fisioterapeutas que lo ayudan a fortalecer sus articulaciones y a capear esos interminables actos donde no hay una silla en muchos metros a la redonda. Por esos dolores que sufre ha delegado más de una de estas largas presidencias institucionales en la figura del Príncipe de Asturias en los últimos meses.
Aun así, el domingo se chupó 40 minutos de acto oficial más cerca de dos horas de recepción y saludos. Y todo de pie, lo que ayer le tuvo que pasar una factura bastante elevada que quizás le diera el empujón definitivo para visitar de nuevo el hospital. Eso sí, hasta que lo ingresen la agenda de don Juan Carlos se mantendrá tal y como estaba prevista.
Los problemas traumatológicos se han convertido en el particular talón de Aquiles del Rey, por más que su historial médico sea casi un secreto de Estado y se guarde celosamente su contenido exacto. Solo trascienden sus revisiones anuales y las lesiones deportivas que ha acumulado durante años de práctica del esquí, la vela o el squash. Esas que son de nuevo, años después, las culpables de que tenga que regresar al quirófano, según apunta el comunicado oficial.
Pese a todo, el peor susto para su salud se lo llevó don Juan Carlos hace justo un año. Entonces le extirparon un nódulo en el lóbulo superior del pulmón derecho que resultó benigno que ya no requiere ni de revisiones postoperatorias. Además, el Rey fue sometido a mediados del pasado mes de febrero a un reconocimiento médico en la Clínica Planas de Barcelona, cuyos resultados fueron «plenamente satisfactorios, no encontrándose ninguna alteración». Ahora solo queda esperar al próximo parte.