Maniobras en la oscuridad

Ante Rubalcaba hay que quitarse el sombrero. No solo ha sabido apartar a Carme Chacón de un golpe seco si no que ha conseguido que la culpa de la maniobra recaiga en Blanco, el atribulado responsable de la campaña. A cada uno hay que reconocerle sus méritos y los del vicepresidente del Gobierno y en adelante mandamás del PSOE es virtuosismo de luthier de los instrumentos de la política. Si no has digerido 'El Príncipe' nunca llegarás a ser Maquiavelo, y no me refiero a la lectura que puede hacer cualquiera si no a asumir sus conceptos como parte de los reflejos que puedas tener ante tus compañeros de partido. Es evidente que la estrategia siempre es interna, hacia el partido, el adversario político es alguien infinitamente menos dañino y con el que se pueden mantener relaciones civilizadas.

En algún momento del proyecto Chacón no tuvieron en cuenta el efecto 'Alfredo'. El proyecto de la ministra de Defensa no era más que toreo de salón adornado por el aplauso de los próximos, pero dónde hay que jugarse el tipo es en la plaza y ahí le estaba esperando un Rubalcaba que tiene muchos años de experiencia en el escalafón. En 'Casablanca' Rick le decía a una chica que le reprochaba su indiferencia: «si tuviese tiempo para pensar en ti. posiblemente te despreciaría». Es verdad que Rick no era un modelo de diplomacia pero para las relaciones públicas era muy eficaz, tal y como se podía apreciar en aquel bar donde había karaoke nocturno con La Marsellesa, y lleno hasta el amanecer. Cambien la chaqueta blanca de Bogart por el blazer de Rubalcaba e intenten imaginar que en el Consejo de Ministros permiten fumar para tener la estampa completa de lo que ha pasado. A Chacón solo le queda el consuelo de pensar que llegará su tiempo, pero en política dos semanas son un abismo, una temeridad confiar al reloj aquello que no se puede solucionar en el presente de indicativo. El 'chaconazo' ha sido de aúpa, un harakiri en toda condición.

Rubalcaba manda y ocupa el centro del campo, Zapatero asume su papel de reina madre y Chacón desaparece detrás de una cortina. Un guion de novela negra que habría hecho las delicias de cualquier director de Hollywood. Pero nada de esto tendría valor alguno si no tuviéramos en cuenta que lo han vestido de proceso democrático interno, haciéndonos creer que unas primarias de un solo candidato son la repanocha de la participación abierta. Y me da la impresión de que Zapatero se ha enterado del final de la película a la par que todo el mundo. Fin de la primera parte, ya veremos si en el arranque de la segunda está Zapatero, me parece que va a ser que no. Rubalcaba se ha escrito un monólogo de larga duración donde los demás son meros espectadores.