Alemania adelanta a 2022 el apagón nuclear
El acuerdo de la coalición de gobierno permite a Merkel hacer un guiño a los Verdes de cara a una posible alianza para seguir en el poder a partir de 2013
BERLÍN. Actualizado: GuardarEl Gobierno alemán necesitó más de doce horas -desde la tarde del domingo hasta la madrugada de ayer- para aprobar una medida que convertirá en un plazo de once años al país centroeuropeo en la primera gran potencia industrial en abandonar completamente la energía atómica. La decisión del Ejecutivo que preside Angela Merkel supone un radical golpe de timón y se produce como reacción al desastre ocurrido en la planta atómica japonesa de Fukushima y al imparable crecimiento electoral de los Verdes.
Después de una extensa y tirante reunión en la cancillería, los líderes de los tres partidos que integran la coalición de gobierno acordaron adelantar el apagón nuclear definitivo al año 2022. Merkel, como jefa de la Unión Cristianodemócrata (CDU); Horst Seehofer, líder de la CSU de Baviera, y Philipp Rösler, el nuevo presidente del Partido Liberal (FDP), también resolvieron no volver a poner en marcha las siete plantas paradas de forma temporal tras la catástrofe nipona.
Retraso eventual
El acuerdo, que debe ser aprobado por el Parlamento federal, prevé que los tres reactores más modernos puedan retrasar eventualmente su cierre hasta finales de 2022, en el caso de que surjan problemas con el suministro eléctrico. Los otros siete serán desconectados en el curso de 2021. «Es definitivo: el final para las últimas tres centrales nucleares es 2022 a más tardar», destacó el ministro de Medio Ambiente, Norbert Röttgen.
Röttgen, que llegó y abandonó la cancillería en bicicleta, informó que una de las siete centrales actualmente desconectadas se mantendrá en funcionamiento hasta 2013 como reserva estratégica lista para su conexión a la red en caso de deficiencias en el suministro. Aún no está claro qué planta será elegida para cumplir esta función.
El compromiso alcanzado en Berlín también mantiene en vigor el impuesto que deben pagar las compañías eléctricas para las varillas de combustible nuclear y que tiene como meta financiar el desarrollo y construcción de centrales de energía renovable. La recaudación ascendía a 2.300 millones de euros con diecisiete reactores en funcionamiento.
La decisión del tripartito deja sin efecto una polémica medida legal aprobada por el Gobierno en septiembre del año pasado, cuando acordó prolongar la vida útil de las diecisiete centrales, lo que retrasaba hasta 2036 la clausura de la última planta atómica. Pero lo sucedido en Fukushima ha obligado a Merkel a dar un giro total a la política energética alemana.
Riesgo electoral
Al constatar el creciente rechazo de la población a la producción atómica y el imparable ascenso de los Verdes en los sondeos de opinión antes de las citas electorales en los 'lander' de Baden-Württemberg y Renania Palatinado, la canciller ordenó el cierre de siete plantas nucleares y la creación de dos comisiones, una ética y otra de expertos, que debían estudiar el futuro de ese tipo de energía en el país germano. La primera concluyó que era posible cerrar todas las plantas en 2021 y la segunda detectó que ningún reactor nuclear podía resistir un ataque como el que destruyó las Torres Gemelas en Nueva York el 11 de septiembre de 2001.
Sin embargo, el obligado cambio de orientación de Merkel no impidió que su partido sufriera derrotas en elecciones regionales. En Baden-Württemberg, la CDU perdió el gobierno que ostentaba desde hacia sesenta años y contempló con impotencia la llegada al poder de Winfried Kretschmann, un veterano militante de los Verdes. Poco después, el grupo conservador fue de nuevo humillado por la formación ecologista en Bremen, donde se convirtió en la segunda fuerza política más votada en la ciudad-Estado.
Pero el acuerdo alcanzado ayer se observa como de importancia crucial para el futuro político de la canciller. Con el apagón nuclear, Merkel elimina el principal obstáculo que impedía una alianza entre su partido y los Verdes, una hipotética posibilidad que podría ayudarla a continuar en el poder después de los comicios de 2013.