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Una 'levantá' captada hace un par de años en la almadraba de Zahara de los Atunes; una de las faenas más populares. :: J. ZAPATA / EFE
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La fiesta del atún

La IV Semana Gastronómica en Barbate, que busca poner en valor la especie, concluía ayer con un nuevo éxito de participación Una amplia oferta de ocio en torno a las almadrabas se desarrolla estos días

LA VOZ
CÁDIZ.Actualizado:

Las captura del atún rojo en las almadrabas gaditanas se convierte estos días, en plena temporada, en un reclamo turístico y gastronómico en Barbate, Conil, Zahara y Tarifa, donde se organizan desde rutas para presenciar una 'levantá' hasta exhibiciones de cocina. Las cuatro almadrabas gaditanas, que cada año pescan unos 5.000 atunes rojos en su paso por aguas del Estrecho con un artesanal sistema de más de tres mil años de historia, se han convertido así en un punto de atención para el turismo.

Además de las 'levantás', Zahara de los Atunes, Barbate y Conil celebran en estas fechas ferias y fiestas gastronómicas en torno al atún salvaje, tras un despiece conocido como 'ronqueo'. Numerosos restaurantes y cocineros de la zona se afanan por demostrar la versatilidad de sabores y recetas de este pescado, creando tapas y platos que van desde lo más tradicional a lo más innovador, desde clásicos de la zona como el atún encebollado, al atún en salsa de naranja.

Los pueblos donde se ubican las almadrabas celebran demostraciones culinarias, pasacalles, conferencias, proyección de documentales para festejar esta tradición que arranca con los fenicios en la costa gaditana y se mantiene de forma artesanal hasta hoy en día.

En el caso de Barbate, la IV Semana Gastronómica del Atún, que se ha venido celebrando desde el pasado jueves en la carpa instalada en el recinto ferial, frente al Puerto de la Albufera, concluía ayer con un nuevo éxito de participación. Como indicaba el Ayuntamiento uno de los objetivos fundamentales es la puesta en valor de este producto.

También en Barbate, el Centro de Interpretación de la Almadraba se ofrece como un referente para adentrarse en el mundo de este tipo de pesca tradicional, con proyecciones audiovisuales, maquetas, objetos y fotografías, así como una caja escénica que exhibe incluso una animación infográfica.

Las almadrabas potencian y exhiben sus valores mientras ultiman ya su temporada, en la que se enfrentan, un año más, a su supervivencia como pesquerías dadas las restricciones a la captura de atunes rojos impuestas por los organismos internacionales para preservar el futuro de esta codiciada especie.

Este año las almadrabas tienen asignada una cuota de 630 toneladas, que consideran insuficiente y aún esperan incrementar con la compra de derechos de pesca a terceros países o adquisiciones del fondo de maniobra. Los pescadores defienden así su tradicional sistema de captura, que consiste en establecer a unos tres kilómetros de la costa una línea de redes con unos 34 metros de fondo. En sus migraciones por aguas del Estrecho, entre los meses de julio y agosto, los atunes quedan atrapados en estas líneas de redes.