Obama apuntala la alianza con Reino Unido
El presidente reafirma en un discurso histórico en el Parlamento británico el liderazgo de ambos países ante los emergentes
LONDRES.Actualizado:Barack Obama evocó ayer las conquistas democráticas del pasado y afrontó los problemas del presente en una histórica intervención en Westminster Hall, el único foro que sobrevive del original palacio londinense donde se fundó el Parlamento británico. Fue el primer presidente estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial -y el cuarto líder internacional después de Charles de Gaulle, Nelson Mandela y el papa Benedicto XVI- en protagonizar un discurso en la «madre de todos los parlamentos», según recordó con orgullo el célebre invitado.
Representantes de ambas cámaras -los Comunes y los Lores- se sumaron a anteriores primeros ministros y otras personalidades en una velada rica en pompa y contenido, que marcó el momento cumbre de la segunda jornada de la visita oficial a Inglaterra del líder demócrata. En su intervención, Obama apuntaló la relación entre Estados Unidos y Reino Unido como «la más antigua y fuerte alianza» en la historia de Occidente pero también defendió el papel de la OTAN en la lucha por la democracia y la paz y resaltó que «el anhelo de libertad es universal».
El inquilino de la Casa Blanca reafirmó su compromiso con «los que quieren ser libres» tanto en el Magreb como en Oriente Próximo y recordó que «debemos apoyar los derechos civiles en estos países porque creemos, no en los derechos de las naciones, sino en los derechos de los ciudadanos». El éxito de las revueltas en Túnez y Egipto debe ahora compensarse con ayudas al desarrollo económico para que sus protagonistas se den cuenta, según destacó Barack Obama, de que «la libertad aporta prosperidad».
Y en un acto cercano a la contrición, el máximo dirigente del gigante mundial reconoció la «hipocresía» de la política exterior estadounidense, que no siempre ha negado la mano de dictadores árabes con recursos petrolíferos. «Pero también debemos insistir en que nosotros rechazamos la falsa elección entre nuestros intereses y nuestros ideales, entre la estabilidad y la democracia», puntualizó ante los distinguidos asistentes.
Refiriéndose a Libia, el mandatario afroamericano advirtió de que la comunidad internacional «no cesará en su esfuerzo hasta que el pueblo esté protegido de la tiranía». El carismático estadista hizo un símil entre el desembarco de Normandía y los rebeldes de Bengasi para señalar: «Estamos con los que luchan». Pero Barack Obama se resistió a garantizar una intensificación del despliegue estadounidense en el país magrebí, aunque se mostró convencido de poder derrotar al coronel Muamar Gadafi si «mantenemos el curso» establecido.
Proceso lento
«Va a ser un proceso lento y continuo en el que seremos capaces de acabar con las fuerzas del régimen. Pero no vamos a fijar un calendario artificial», señaló horas antes en una conferencia de prensa que compartió con el primer ministro David Cameron. Su anfitrión defendió en cambio incrementar la presión sobre Trípoli y aseguró que Londres está «analizando todas las opciones», incluida el envío de helicópteros de combate.
Westminster Hall estaba abarrotado de políticos pero el invitado estelar también se dirigió a la audiencia estadounidense al reivindicar el liderazgo mundial de EE UU pese al creciente poder de países como China, India o Brasil. Obama rechazó la visión de los que sostienen que las riendas han de pasar a estas naciones emergentes que representan el futuro. «Este argumento es incorrecto. El momento de nuestro liderazgo es ahora», defendió.
Y matizó: «Incluso si más naciones adquieren responsabilidades de liderazgo global, nuestra alianza seguirá siendo indispensable para alcanzar el objetivo de labrar un siglo más pacífico, más próspero y más justo». Obama incluye en ese nexo con EE UU no solo al Reino Unido sino también al resto de las democracias aliadas que, según explicó, «dieron forma a un mundo en que nuevas naciones pueden emerger e individuos pueden prosperar».