La política cercana de la escuela de Arenas
Disciplinada dentro del partido y hogareña en su vida privada, el tirón popular de esta abogada es una de sus principales armas
Jerez Actualizado: GuardarEn el avanzado mundo de las redes sociales y de las nuevas tecnologías, la líder de los populares jerezanos no se ha dejado seducir por el efecto Barack Obama y ha decidido seguir siendo ella misma, sin Facebook ni Twitter (al menos a título personal). Y no le ha ido mal. Los jerezanos ven en esta abogada de 43 años a una persona cercana, que gana en las distancias cortas y sabe conectar con la gente. Una encantadora de serpientes, que dirían algunos, arma que no ha dudado en utilizar para darse auténticos baños de masas por las calles y barrios de Jerez cuando las encuestas le han sido favorables. Un modo de contrarrestar, todo sea dicho de paso, la ausencia que se le ha reprochado durante buena parte de la legislatura.
Disciplinada dentro del partido –lo que la diferencia claramente de sus dos principales rivales políticos, Pedro Pacheco y Pilar Sánchez–, en su vida privada es una persona hogareña y casi todo el tiempo libre que tiene lo dedica a su hija, con la que cultiva buena parte de sus aficiones como ir al cine, leer o comer fuera de casa. Sus gustos musicales, desde Pavarotti a Juanes pasando por Paco Cepero y Gloria Estefan, la definen como una persona alegre; y reconoce que pasa más tiempo leyendo documentos oficiales y periódicos que literatura. Enérgica y madrugadora, se despierta todos los días a las seis de la mañana y comienza su rutina laboral hojeando un buen número de ejemplares de la prensa diaria.
En la batalla política, la también parlamentaria andaluza deja traslucir el inconfundible sello de la escuela Arenas. Con un estilo agresivo en el cuerpo a cuerpo, se desenvuelve bien con los titulares y la imagen, lo que en alguna ocasión le ha valido incluso la calificación de teatral. Su etapa como alcaldesa (entre 2003 y 2004) le brindó algunos de los momentos más gloriosos de su carrera, pero su pacto con Pacheco también le reportó algunos de los tragos más amargos. La experiencia es un grado y, según dicen los que la conocen, ahora es una persona más madura y serena.