OTRA FINAL PERDIDA
Actualizado:Los azulinos no tenían margen de error. No podían fallar. Se encontraban ante una auténtica final y la perdieron otra vez. Excusas se pueden encontrar muchas, pero ninguna esconde la superioridad de un rival al que no se le pasaba por la cabeza que se le pudiera escapar su objetivo. La tensión de unos y otro era evidentemente diferente y por desgracia para los intereses xerecistas acabó reflejándose en el marcador.