Un país y ni euro en el bolsillo
El joven catalán pasa por la ciudad de Jerez en su peculiar búsqueda por encontrar otro punto de vista de la sociedad actual Francesc Busquets viaja por toda España con solo una cámara en su mochila
JEREZ.Actualizado:Con un par de camisetas, un pantalón y una cámara salió el joven catalán de su casa el pasado 9 marzo. Y con un solo objetivo en mente: sobrevivir durante seis meses en las calles de la sociedad española, trazando todos los caminos del país sin llevar ni un solo euro en el bolsillo.
Francesc Busquets, original de Toma y relacionado con el mundo de la música y la televisión gracias a su labor como técnico de sonido, ha viajado en numerosas ocasiones, pero nunca en semejantes condiciones. Y es que no parece tarea fácil subsistir tal y como se ha planteado su proyecto, con el que asegura que lo único que quiere es saber cómo se siente «de tenerlo todo a vivir sin nada», simplemente basándose en las dos palabras «carpe diem», que significa also así como aprovecha el día o el momento.
Hasta la fecha ha pasado por el País Vasco, Valencia, Murcia, Córdoba, Granada, entre otros, y por supuesto por Jerez, lugar en el que estuvo hace ya cerca de una semana. Su reciente aventura y experiencia le hace decir cosas como que «no se reconoce» en todas partes, asegurando que es «como si existieran dos Españas distintas, una arriba y otra de Madrid para abajo».
El contacto humano que ha ido manteniendo a lo largo de su trayectoria le ha servido para relacionarse con gente que quizás nunca habría ni tan siquiera mirado a los ojos, «porque no es lo mismo cuando forma partes del grupo», ya que toda la perfección de esa realidad previamente creada en la mente se ve totalmente distorsionada por la cruda y amarga verdad.
El proyecto
Fue hace cerca de un año que comenzó a «darle vueltas a la cabeza»; a pensar cómo podría crecer como persona y a la vez analizar la psicología humana, permaneciendo cerca de los diversos estratos sociales, entremezclándose entre ellos e incluso llegando a vivir en las mismas condiciones que los sin techo.
En su día a día se ha alimentado de lo que buenamente ciertas personas le han ido ofreciendo a lo largo de su camino, en casas de particulares y en comedores sociales, que ya contaban con largas colas de hambrientos y futuros comensales. Asimismo, ha recibido dinero de algunos para poder coger autobuses, trenes y otro tipo de medios urbanos para conseguir cruzar el territorio nacional. También ha recibido algunas monedas de traseuntes que desconocía para poder conectarse a algún ciber y así poder subir los vídeos y fotos de su peculiar trayectoria que él mismo califica como una experiencia «psicológica, analítica y social e inmersa en el contexto de la crisis actual». Es por eso que su web, blog y Facebook también han tomado especial relevancia en su viaje, así como plataformas como www.youtube.com, que le ha permitido trasmitir su mensaje a la ciudadanía. Además, por las ciudades por donde ha pasado le han realizado entrevistas y pequeños reportajes en los que se narra su propuesta y destino final, que no es otro que después poder contar todo lo vivido en diversas charlas y conferencias, en colegios e institutos.
Asegura que no quiere hacerse famoso, alegando que «si me ayudan solo porque me han visto por televisión, abandono el proyecto de forma inmediata», aunque todo hay que decirlo, también se basa en la frase de Salvador Dalí 'que hablen de mi, aunque sea para bien', por lo que no le importa que la gente comente su trayectoria y opine sobre su experiencia.
Otros aventureros
Pero no se trata de un caso aislado. Más bien podría empezar a calificarse como una moda pasajera para algunos, o una forma de escapar de la sociedad capitalista y consumidora en la que una mayoría se han visto sumergidos, y que en busca del porqué de las cosas se introducen en lo más profundo de sus almas; viajando sin rumbo y sin bandera hacia todas los rincones del globo terráqueo.
Un claro ejemplo de ello es Albert Casal, también de Barcelona, que desde hace ya varios años recorre medio mundo montado en su silla de ruedas, sin ningún tipo de recurso económico y haciendo autoestop solamente porque es lo que realmente le hace feliz. En su travesía ha pasado por el sureste asiático, Japón, Latinoamérica y por media Europa, y ha convivido con ladrones y narcotraficantes, pero «sin sentir miedo alguno», tal y como dejó claro en el programa nocturno de Buenafuente.
Otro de los aventureros es Pascal Beer, nacido en Suiza y que ha dedicado toda su vida a su labor como profesor de música. El joven decidió embarcarse a recorrer medio mundo para olvidarse de sus penas, casi al más puro estilo de Romeo, que al no poder vivir con su Julieta decide partir al más allá, simplemente que él decidió mantenerse sobre tierra firme.
Su viaje le trajo a tierras andaluzas en pleno mes de agosto, justo cuando el sol más pega, y junto a su guitarra se enfrentó a vientos de levante y a temperaturas cercanas a los 40 grados. Ahora mismo se encuentra en Cuba, donde sigue escribiendo su historia, la de un caminate sin rumbo y sin dinero.