Strauss-Kahn busca un arresto dorado
El FMI pasará una generosa pensión a su exdirector, que pagará los 141.000 euros al mes de la seguridad privada
NUEVA YORK.Actualizado:Anne Sinclair, la mujer de Dominique Strauss-Kahn, buscaba ayer desesperadamente una casa de lujo en la que convivir con su marido de 62 años, adúltero reconocido y ahora acusado de intentar violar como un animal a la camarera de un hotel de Manhattan. Su liberación de la cárcel de Rikers Island, en la que duerme desde el lunes, se complicó cuando el casero del edificio Bristol Plaza supo quién sería su inquilino y se echó atrás en el contrato debido a la oposición de los vecinos.
«Es una molestia para todos nosotros», dijo uno de ellos a 'The New York Times' tras ver el ejército de periodistas y fotógrafos que rodeaba su edificio. «No quiero tener esa clase de atención alrededor».
Los abogados de Strauss-Khan habían prometido al juez que una vez en libertad provisional viviría bajo arresto domiciliario en ese piso de lujo con cámaras de seguridad que, según la prensa, cuesta 14.000 dólares (9.900 euros) al mes. Su mujer ha alquilado dos, cada uno con dos dormitorios.
La esposa, que la vispera apareció en el tribunal agarrada del brazo de su hija Camille para mostrar al juez «la adorable familia» que tiene, dijo su abogado, depositó ayer un millón de dólares (706.000 euros) en efectivo y puso su casa de Washington como depósito de los otros 5 millones de dólares (3,5 millones de euros) que perdería en caso de que su marido se fugue.
Con todo, para convencer al juez del Supremo de Nueva York Michael Obus de que revirtiera la decisión de la magistrada Melissa Jackson de dejarle entre rejas hasta que comience el juicio, dentro de unos seis meses, Sinclair ha tenido que contratar a una empresa de seguridad que garantice la vigilancia de su marido por más de 200.000 dólares (141.000 euros) al mes. Stroz Friedberg, la misma a la que recurrió el financiero encarcelado Bernard Madoff, podría hacerse cargo del acusado hasta que encuentre un hogar, según publicó ayer 'The New York Times'. El juez convocó anoche a las partes a una audiencia de urgencia para aclarar las circunstancias.
En cualquier caso, su arresto dorado durante el proceso judicial vendrá con una suculenta pensión que Strauss-Kahn podrá cobrar de por vida gracias al contrato blindado que le unía al FMI. Solo por dimitir tras haber permanecido en el cargo más de dos años, pero menos de los cinco para los que fue nombrado, cobrará una compensación equivalente al 60% o 65% de su sueldo anual, que la mayor parte de los medios estiman en 265.000 dólares (187.000 euros). El FMI no negó esta cifra pero advirtió de que la pensión vitalicia que muchos medios estiman en una cifra parecida al año está «muy sobreestimada». Se sabe que su predecesor, el español Rodrigo Rato, cobrará el resto de su vida por un mandato semejante unos 80.000 dólares (56.000 euros) anuales, pero las condiciones del contrato son revisadas con cada nuevo director.
Llamada a la recepcionista
Strauss-Kahn percibía la bonita suma de 441.980 dólares (312.000 euros) anuales libres de impuestos, más que el propio Barack Obama, pero además, según la cadena ABC, en julio pasado esa cifra ascendía a 530.000 dólares (374.000 euros) con la revisión del coste de la vida y otras compensaciones.
Un hermoso paracaídas dorado que al hacerse público en semejantes circunstancias agudiza la crisis de credibilidad que atraviesa la institución, después de que se aireen las depravaciones de su director. Según el portal 'Daily Beast', propiedad de 'Newsweek', la Policía de Nueva York tiene cada día nuevos testimonios que demostrarán durante el juicio que el apetito sexual de Strauss-Kahn no tenía límites. Apenas la víspera del supuesto intento de violación intentó seducir a la recepcionista del mismo hotel. Según este testimonio, minutos después de registrarse, Straus-Kahn llamó a la recepción y le preguntó si quería subir a tomarse una copa con él, a lo que ella rehusó cortésmente.
En las dos semanas que quedan hasta su próxima cita judicial del 6 de junio, el arrogante socialista francés acostumbrado a las mujeres y a la buena vida tendrá que decidir si acepta la responsabilidad y pacta una salida a los siete cargos de los que se le acusa, uno de los cuales conlleva hasta 25 años de cárcel, o se somete a un largo juicio que promete airear muchos trapos sucios.