Rebajas en el edén
En otro tiempo, la llegada a Europa se traducía en una pública ostentación de poderío de los equipos; ahora es recato y austeridad La crisis afecta a los sueldos de los pilotos, los eventos y la afluencia de público
MONTMELÓ.Actualizado:La crisis ha decretado el fin de la abundancia. El edén sigue ahí, cual paraíso terrenal del motor, pero la realidad apunta a otros indicadores. La Fórmula 1 ha desembarcado en España y nada es como hace años en Montmeló. No hay atascos para acceder al circuito porque llega menos gente a las gradas. Se han reducido los eventos porque los patrocinadores no pueden mostrar opulencia en un país con casi cinco millones de parados. Incluso hay voces que aseguran, verdad o mentira, vaya usted a saber, que los contratos de los pilotos ya no son tan suculentos como aventura el 'vox pópuli'. Es tiempo de rebajas en el elíseo de la Fórmula 1.
Los agitadores de opinión en la F-1, los personajes en la sombra que influyen en la comunicación al exterior, cuentan que los sueldos de los pilotos se han reducido en un 30 o 40 %. Sea cierta o no la apreciación, la realidad sí conduce hacia ese aserto.
Fernando Alonso acaba de renovar su compromiso con Ferrari por dos años más, a cambio de una cifra que no conocen más de diez personas, pero su caché publicitario ya no es tan luminoso como en los gloriosos 2006 (segundo título con Renault) o 2007 (McLaren). Sigue luciendo el apoyo personal de Viceroy, la marca de relojes con la que protagoniza anuncios publicitarios, pero poco más. La situación económica en España ha exprimido las inversiones de las empresas, que buscan la misma rentabilidad a cambio de una menor cotización.
El piloto asturiano se ha garantizado la estabilidad emocional y financiera en un compromiso de larga duración con Ferrari (2016) a cambio de una vida más desocupada en cuanto a compromisos. Las antiguas e interminables sesiones de publicidad, eventos y actos con patrocinadores se han transformado ahora para él en tardes libres, refrescantes paseos en bicicleta y muchas horas de trabajo en la factoría del equipo en Maranello.
25 millones anuales
Una fuente conocedora del contrato de Alonso sonríe casi al borde de la carcajada cuando se especula con una ficha anual de 25 millones de euros. Y lo mismo cuando se habla de los 15 millones estipulados para su compañero de equipo, el brasileño Massa, por el 'vox pópuli'. Nada de eso, viene a decir sin que haya más argumento que su palabra.
Otra cuestión diferente es la comunicación, también llamada propaganda en la Fórmula 1. Todos los mensajes que se emiten tienden a la restricción por motivos de imagen. Lo explica Claudia Coello, directora de comunicación de la oficina de Pedro de la Rosa. «Es muy difícil transmitir a los trabajadores de una empresa que vas a invertir en la Fórmula 1 y después realizar recortes laborales. La comunicación se ha vuelto más discreta con la crisis».
Conclusión: ya no se puede decir que la Fórmula 1 sea jauja. En otro tiempo, la llegada a Europa se traducía en la exhibición de los 'motorhomes', los fastuosos campamentos donde los integrantes de las escuderías trabajan, se reúnen, conviven y comen. Lo que hace un par de años era una pública ostentación de poderío es ahora recato y austeridad. Ningún equipo ha estrenado casa. Todas son de segunda mano. «Si antes había 300 invitados, ahora hay 100», cuentan por el caserón de Red Bull.
La dirección del circuito de Montmeló añora a la marea azul que seguía a Alonso en Renault y llenaba las gradas. Nada de esto sucederá estos días con el asturiano vestido de rojo, en el mejor equipo de la historia, pero con una galopante crisis económica a cuestas que se plasma en cada punto de abastecimiento de la F-1.