«Estamos ahogados por los intereses»

Los hubo de todos los colores. A rayas, con animalitos, tipo chándal y hasta alguna que otra bata de guatiné. La propuesta era hace una gran fiesta pijama al comienzo de la mañana para llamar la atención de todo aquel que aún no se hubiese enterado de que en la plaza de El Palillero hay una concentración permanente. A las doce de la mañana, primera hora en el orden del día, un centenar de personas acudieron al llamamiento hecho en la asamblea anterior y formaron la comitiva de los desahuciados de los bancos. Pasacalles para unos, 'performance' para los más entendidos, el grupo avanzó rodeando la plaza. El paso, marcado a golpe de tambor y todos ellos sujetos por la misma cuerda «que hace que todos estemos en el mismo barco». «Ahogados por los impuestos», o «los intereses me matan al 50%» fueron algunos de los lemas que portaron. Tras un pequeño recorrido, el grupo entró en la sucursal del Banco Santander. Mientras una gitana intentaba ofrecer romero para su suerte, ellos fueron entrando de forma pacífica uno a uno «con el objetivo de cancelar una cuenta». Una vez dentro, el personal del banco se limitó a esperar a que se fueran mientras alguno de los clientes que se encontraban en el interior aplaudían a la comitiva. Ellos cantaron un popurrí de canciones adaptadas a la propuesta en la que afirmaron «que hoy no me puedo levantar» y «a quién le importa nuestro futuro».

El pasacalles continuó por la calle columela y por la plaza de las flores hasta llegar a otras sucursales bancarias como fue el caso del BBVA y de Caja Rural. La escena se volvió a repetir en cada una de las oficinas. Finalizado el teatro callejero todos volvieron al punto de encuentro, El Palillero.