El inspector Casto Pérez y el acusado José García en el monitor de la sala de prensa. :: MIGUEL GÓMEZ
Ciudadanos

Casto y Carretero se jactan por teléfono de sus engaños

En los pinchazos hablan abiertamente de favores, de su «empresa» y celebran la suplantación de Remedios Torres

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Las escuchas de la 'operación Karlos' poco tienen que ver con los pinchazos que suelen oírse en la Audiencia Provincial de Cádiz, en los macrojuicios a las mafias de la droga. Los narcos se cuidan mucho de encubrir sus conversaciones con palabras clave para tapar sus negocios.

En cambio, Casto Pérez Lara y Carlos Carretero -los supuestos cabecillas de la estafa a la Seguridad Social- hablaban abiertamente y sin miedos por teléfono de sus presuntos engaños. Incluso, se jactan de ellos, sin pensar, quizá, que los grababan. «¡Vaya película que hemos montado!», se le oye por ejemplo a Casto, el inspector médico, cuando habla con Carretero de la suplantación de la madre de María José Campanario en una prueba. «Yo tengo la vida resuelta para mí, para ti y para mis hijos; en cuatro o cinco años, ya veremos», se vanagloriaba por su parte Carlos con su exmujer en 2005.

'Perlas' como estas, que servirán como pruebas rotundas por las acusaciones, y otras aún más evidentes se oyeron ayer en la octava sesión del juicio en la Cuesta de las Calesas de Cádiz, donde se oyeron las escuchas telefónicas que quedaban.

Como el día anterior, José García Gutiérrez -el hombre de paja de Carretero- y Casto Pérez fueron los únicos en sentarse en el banquillo para oír sus voces. El resto de acusados, entre ellos María José Campanario y su madre Remedios Torres, faltaron de nuevo con permiso del tribunal, a pesar de que se reprodujo una conversación donde interviene la esposa de Jesulín de Ubrique.

En ella, transcrita ayer en LA VOZ, Carretero indica a Campanario que su madre «no salga de su casa» en Castellón, porque al día siguiente «en teoría» tiene que estar en Cádiz. No le dice que la sustituirá Isabel Gil, pero sí que «lo han arreglado» para que «no tenga ni que bajar». Campanario también apareció ayer en otra conversación, pero como referencia: Carretero le explica a Elisa Calvente el encuentro con ella en el Hotel Jerez para pedirle 5.000 euros: «No veas la que ha 'formao' (...) dice la tía, 'yo no estoy dispuesta a pagar' (...) Le digo, Pepe Luis me dijo que le asegurara en una empresa y esto es lo que se ha 'pagao', y me dice que sí, pero que es una barbaridad (...) a mi suegra le pediste menos' (...) [Después] me ha 'esperao', me ha dado dos besos y [me dice] no te preocupes que te voy a pagar». Campanario admitió que se enfadó, pero no que aceptara.

El inspector y la usurpación

La suplantación de Torres ha sido también uno de los episodios que más se repitieron ayer en las escuchas -tomadas entre marzo y abril de 2006-. En ellas se puede oír, por ejemplo, cómo el inspector Casto Pérez Lara pregunta a Carretero «¿Cómo ha ido todo, le ha dolido?» el mismo día de la prueba médica. «Perfecto», le contesta él. Es entonces cuando Casto se ríe y comenta: «¡Vaya película hemos montado!».

Hace una semana, Pérez Lara se desvinculó de la suplantación. Según él, supo de ella dos días después cuando Mercedes, una funcionaria de la Unidad de Valoración que acompañó a Isabel Gil, se lo contó arrepentida. Según contó al tribunal, trató de encubrir a Mercedes diciendo que la mandó ir, pero ahora había decidido revelar la 'verdad': según él, la funcionaria actuó por su cuenta. Mercedes no ha podido confirmar si Casto dice la 'verdad', pues ha fallecido. Pero las intervenciones parecen indicar que el inspector estaba al tanto.

Otro de los episodios del que más se habla en las grabaciones de ayer es la obtención de una pensión para Miguel Ángel Fernández 'El Calvo' y el carísimo almuerzo que este pagó en agradecimiento a Casto, al médico Rufino Mondéjar y a Carretero. Este último relata por teléfono a Elisa Calvente el menú: «almejas, bogavantes, gambas» y algo «carísimo» y «asqueroso» que «toma el juez Garzón». Al fin cae: «¡Percebes!». En esa llamada está eufórico porque ha recibido un «sobrecito» lleno de «billetitos».

«Hay que hacer el paripé»

A Casto no se le oye hablar del almuerzo, que según él pagó con 50 euros, pues «nunca» acepta invitaciones. Sin embargo, en una conversación con Carretero le dice que elija él el restaurante: «Como vas a pagar tú», le espeta. En otra, al inspector también se le oye confesar: «No quiero hacerme rico; con que me inviten a comer, me conformo».

Otra llamada evidencia que la invalidez de 'El Calvo' era un fraude. En ella, Pérez Lara explica a Carretero lo que debe decir Fernández en la consulta médica para que le den una baja: «Hay que hacer el paripé y contar un poco el rollo (...), que diga que siente que la vida se le acaba». Según esto, la doctora acusada por expedir la baja quizá no conocía la supuesta farsa, pero en otra grabación Casto deja entrever que Rufino -su marido y quien le pidió que viese al paciente- salía beneficiado. Afirma que lo ha 'captado' porque «hay que ampliar la empresa».

'El Calvo' no es el único paciente al que Casto asesora en las grabaciones para que finja síntomas. En otra llamada, Casto sugiere que Juan Luna -que pagó 15.000 euros- cuente que le «duele la columna» cuando vaya al tribunal del INSS. Incluso deletrea a Carretero los medicamentos que Luna debe decir que toma. El juicio continuará el próximo 31 de mayo con los testigos y peritos.