CUESTIONES DE FE
Actualizado:A la juez Melissa Jackson le bastaron 26 minutos para no dejarse convencer por Strauss-Kahn, director gerente del Fondo Monetario Internacional, y le envió a la cárcel sin fianza. Un poco más de tiempo ha tardado Stephen Hawking, ya saben, el científico plegable, para llegar a la convicción de que 'el cielo no existe'. En su opinión, que por ahora solo pueden compartir los muertos, ese territorio es «un cuento de hadas ideado para los que temen la oscuridad». Stephen Hawking está considerado por algunos como la mente más privilegiada del siglo, a la que le dio asilo temporal una organismo insuficiente. El sabio lleva 49 años en un cuerpo que solo funciona de cejas para arriba y piensa que el concepto de Dios está fuera del alcance de la física. En ambos casos, el del científico eminente y del astuto millonario, se debate un problema de fe, o sea, de creencias y descreencias. «Lo creo porque es absurdo», dijo San Agustín, lo que dista mucho de constituir un argumento. Pero a lo que voy, que es un asunto terrestre. A Strauss-Kahn le mandan a chirona sin fianza por riesgo de fuga. Se le acusa de tratar de forzar a una camarera a tener sexo oral y anal. «Con el número dos nace la pena» dijo un poeta, pero parece que a este señor le gustan otros números. Todos son válidos si cuentan con la aprobación de la parte contratante, quiero decir con la aquiescencia de la otra persona. Habló Quevedo de 'el pasadizo que hay de un cuerpo a otro', pero jamás debe ser asaltado.
Al poderoso Dominique Strauss le pueden caer penas de 15 a 25 años en 'villa candado', un tiempo suficiente para revisar sus gustos. Parece que siempre ha sido un poco guarrete y no le han satisfecho enteramente las relaciones por lo que pudiéramos llamar el conducto reglamentario. Allá él. Hay tantas sexualidades como personas y de gusto es de lo que más se ha escrito. A mí lo que me extraña, después de las guarradas que habrá tenido que hacer como presidente del Fondo Monetario, es que le hayan pillado por lo de la camarera. Hay que creer en la Justicia. También es una cuestión de fe.