Los Quijotes del 'Gran Circo'
La primera escudería española de Fórmula 1 acusa la ruptura entre Adrián Campos y José Ramón Carabante, el 'matrimonio' que la creó Hispania Racing lucha en la pista por abandonar su condición de cenicienta de la parrilla
MADRID .Actualizado:Pocos equipos en la actual parrilla de la Fórmula 1 han podido hacer más con menos. Hispania Racing afronta su segunda temporada con la sensación de que, tras un esfuerzo hercúleo, aún queda mucho por sufrir para asentarse en la difícil corte de Bernie Ecclestone. Mirar a la cara de los miembros de la escudería que luce la bandera española es encontrarse con una ilusión inmensa, unas ansias de éxito y un orgullo merecido por poder presumir de ser la culminación de un proyecto que no nació, ni mucho menos, en 2010. Una vida corta, pero muy complicada.
Hablar con Adrián Campos es hacerlo no solo con el hombre que llevó de la mano a Fernando Alonso hacia la Fórmula 1, sino con el primero que le echó el arrojo suficiente como para moverse entre los traicioneros espinos de los despachos para sacar adelante un equipo español de Fórmula 1. Aunque hoy todos hablamos de Hispania Racing, antes hubo un proyecto que habría cambiado la historia de la competición automovilística en nuestro país: Bravo F1.
Corría el año 1992. El expiloto de Minardi Adrián Campos contactaba con Nick Wirth, actual director técnico de Virgin Racing, y un grupo de empresarios para crear un equipo con capital español y cuyo monoplaza se bautizó como Bravo-Judd S931. El coche, que iba a conducir Jordi Gené (hermano de Marc Gené) -incluso se llegó a hablar con Damon Hill-, resultó ser un fiasco técnico que ni siquiera pasó los test de la FIA. Campos se sintió traicionado por los empresarios, y abandonó el proyecto.
«Yo parí Bravo. En aquel momento había posibilidad de un equipo español, me puse en contacto con unos empresarios, pero cuando vi que querían montar un equipo con un patrocinador español, que no llegó, yo me salí», recuerda Campos. «Lo de Hispania fue distinto. Ganamos todas las competiciones de camino a la Fórmula 1, incluida la GP2, y cuando la FIA abrió la posibilidad de la entrada de nuevos equipos, bajo ciertas normas especiales a condición de un límite presupuestario de 40 millones, vi el momento adecuado. Yo ya tenía a Bruno Méndez, un piloto de Meta Image, y al ver que era una empresa importante de representación de deportistas (como Pau Gasol), vi que eran las personas adecuadas para asociarnos», rememoraba desde su oficina. Sin embargo, de nuevo Campos se vio dado de lado. «El 'entry' al principio era Campos Grand Prix, tres días después era Campos Meta, y después ya era Hispania. Yo sinceramente no lidio bien con los politiqueos, y eso unido a la eliminación del límite presupuestario, hizo que Dallara y yo nos retirásemos», dice un Adrián Campos decepcionado con la situación: «Hay que ser de cierta pasta. La F-1 no es un negocio alrededor del automovilismo, como la Nascar o la Indy, es otra historia».
El divorcio entre Meta Image y José Ramón Carabante con Adrián Campos se consumó, y como en toda ruptura, lo que antes eran abrazos (posaron juntos el día de la presentación en Murcia), hoy no llegan ni a miradas.
Del abismo al optimismo
La temporada del debut de Hispania Racing fue una montaña rusa. Llegaron a Bahréin con el coche sin probar, ensamblado la misma noche previa al viernes. Solo Bruno Senna probó el viernes, mientras que Karun Chandhok debutó en Fórmula 1 en la misma sesión clasificatoria del sábado. 18 Grandes Premios después y varios cambios en su alineación (Sakon Yamamoto y Christian Klien sustituyeron en varias pruebas a Chandhok), finalmente acabaron la temporada por delante de su primer rival, Virgin Racing.
La temporada 2011 no ha empezado mejor. Pese a la suspensión del GP de Bahréin, los F111 no estuvieron listos por problemas de logística -argumentaron en la escudería española- para el debut en Australia. La norma del 107% les impidió pasar el corte de la clasificación del sábado y el domingo no corrieron. Ese pequeño bache parece superado, y llegan a Cataluña con todas las ganas de hacer las cosas bien. «Se están cumpliendo los objetivos que nos marcamos hace dos años. Empezamos en Australia sin hacer ensayos, y hemos ido arañando segundos al crono y ahí están los resultados: hemos pasado en la última carrera a tres segundos de Vettel, cuando estábamos a más de siete en Australia», afirma Carabante.
Recuerda que entró como un inversor en la empresa y que, cuando la situación con Meta Image se complicó, decidió echarse a la espalda la responsabilidad de seguir adelante con el equipo. Asegura que ahora la bolsa del dinero de Hispania está «como en todas partes: hecha añicos». «Tenemos el presupuesto más reducido de la parrilla, pero lo tenemos cubierto y eso nos da cierta tranquilidad. Hispania cumple sus compromisos, paga a todo el mundo y no se debe dinero fuera. Se decía que no íbamos a durar cuatro carreras, que yo iba a vender el equipo... y aquí estamos. La credibilidad hay que demostrarla y más en un mundo tan competitivo como este», afirma el empresario murciano, que responde así a la rumorología en torno a sus problemas financieros.
¿Y para el futuro? ¿Qué le espera a Hispania Racing a medio y largo plazo? Carabante no quiere ponerse plazos y pide «mejorar todo lo que podamos este año y tener el que viene un coche más competitivo; que los patrocinadores vengan, que la gente nos ayude, que las administraciones se involucren y entre todos conseguir que el equipo español esté a la altura de lo que se merece».