Rajoy indulta a Camps
Ni Rajoy, ni Camps, ni Barberá mencionaron la corrupción ni las listas electorales con imputados El líder del PP alaba su gestión política y le recuerda que cuenta con su amistad
Actualizado:Fotografía, abrazo, palmadita en la espalda y defensa de la gestión de Francisco Camps. Todos los gestos que los populares valencianos llevan dos años reclamando a Mariano Rajoy se han visto ayer de una tacada en la plaza de toros de Valencia. Casi 20.000 entusiastas fueron testigos de una frase de Rajoy que dará mucho que hablar: «Paco, eres un gran presidente y sabes que tienes mi amistad sincera». Una frase a la que los tendidos respondieron con un atronador, «¡Paco, Camps, Paco Camps!».
El líder se sintió a gusto, relajado, tanto que cuando el público le pidió: «¡Que bote Mariano, bote Mariano!», él botó, aunque una sola vez. «Tengo fondo físico para seguir botando pero...», bromeó. Francisco Camps, aún convaleciente de una operación de hernia discal, parecía inmerso en una especie de nirvana que fue en aumento cuando oyó en boca de su líder, y con representantes de los principales medios de comunicación de España como testigo, que «tienes mi apoyo, el de tu partido y el de los valencianos». Y punto.
Esta plaza de toros, rebosante de amor por los colores del PP, dista a pocos kilómetros del Tribunal Superior de Justicia de Valencia (TSJV), donde en apenas 48 horas comenzará una deliberación crucial para el futuro de Camps y de su organización: la sala dirimirá si investiga los posibles delitos de financiación ilegal y delito electoral del PP valenciano como pieza separada del 'caso Gürtel'. Una decisión que se uniría a la imputación por cohecho impropio en el caso de los trajes. Pero esa escasa distancia física entre el coso de la capital del Turia y el TSJV se hace sideral si se escruta en clave interna del PP. Rajoy, ni mucho menos Camps ni Rita Barberá, mencionaron la corrupción ni las listas electorales con imputados. Al contrario, dio la impresión que el máximo dirigente del PP quería indultar a Camps a través de las urnas. «El próximo domingo volverás a ser presidente porque los valencianos ejercen su libertad y te votan porque quieren, porque te consideran el mejor para defender sus intereses y los de la Comunidad valenciana».
Pero Rajoy dijo muchas más cosas, claro que a su manera. Planteó un juego a los asistentes que se titulaba 'a quién le van a echar la culpa los socialistas de su derrota en Valencia el 22-M'. «¿Será a Camps?». Un soliloquio que le venía bien para llevar el toro a su terreno. «Cómo le van a echar la culpa a Camps después de lo que han dicho de él. Si después de lo que han dicho les gana, no podrán culparle de nada».
Le faltó concretar si, a su juicio, los socialistas no deberían responsabilizarle del 'baño' electoral que el PP dará al PSOE en Valencia, según las encuestas o, si por el contrario, le deberían eximir por los trajes.
¿Reproche?
La verdad es que, tal y como había comenzado la tarde, pocos auguraban una defensa tan clara de Camps. De hecho, el presidente provincial de Valencia, Alfonso Rus, inauguró el turno de intervenciones con una expresión que sonó a reto: «Mariano (por Rajoy), estos son nuestros poderes», dijo Rus mientras señalaba a un graderío casi repleto. Pero fue solo un espejismo. Tanto Barberá, alcaldesa de Valencia, como Camps alegaron en su discursos en pos de un adelanto de las elecciones generales para que Rajoy llegue cuanto antes a la Moncloa.
El presidente valenciano, y candidato a revalidar su cargo, que calificó de «maligno» el Gobierno de Zapatero, aseguró que él había aguantado «con gallardía» los siete años de «ataques» del PSOE. Camps, incluso, aseveró que si a Zapatero le quedara «un poco de patriotismo» convocaría ya elecciones.
El jefe del Consell, en un tono grandilocuente, pidió a toda España que «mirase» al PP de Valencia y apostara por Rajoy. Su posicionamiento sonó por momentos a reproche, pero también a fidelidad inquebrantable y a complicidad. «Eres uno de los nuestros, Mariano, eres de esta tierra», exclamó.