La caída de Strauss-Khan sacude la eurozona
España aportará 3.247 millones de los 78.000 acordados para sostener al país luso, que deberá acometer duros ajustes
BRUSELAS.Actualizado:La Eurozona no gana para disgustos. Ayer, los ministros de Economía de la moneda única se enfrentaron al nada desdeñable reto de aprobar el rescate de Portugal -dotado con 78.000 millones de euros- y empezar a perfilar una segunda ayuda para Grecia. Un nuevo momento crítico para la estabilidad del euro que se vio acompañado de dosis de suspense tras la detención de Dominique Strauss-Kahn. El director gerente del FMI, que tenía que haber asistido a la reunión, es clave en los salvavidas financieros no solo por su conocimiento de la economía europea, sino porque su organismo aporta un tercio de las ayudas.
Strauss-Kahn fue sustituido en Bruselas por la directora gerente adjunta del Fondo, la egipcia Nemat Shafik. Las autoridades europeas, además, se esforzaron desde primera hora por remarcar que la detención del exministro de Economía galo no afectará a los planes de rescate. Su ausencia, sin embargo, volvió a sacudir la Eurozona. DSK, las siglas de su nombre por las que se le conoce en Francia, se ha implicado a fondo en la negociación de los salvavidas financieros, especialmente el de Grecia hace poco más de un año.
El 'Financial Times' resumía que el arresto del director del FMI ponía «patas arriba» las negociaciones para un segundo paquete de rescate de Grecia. El diario británico destacaba que Strauss-Kahn goza de unas excelentes relaciones con los mandatarios europeos y su liderazgo ha sido fundamental para embarcar al Fondo en los tres salvavidas de la zona euro. Elena Salgado subrayó a su llegada a Bruselas que el trabajo del organismo sigue «en marcha», pero admitió que el político socialista galo «tiene una personalidad fuerte» y es una figura «muy importante en el contexto internacional».
Angela Merkel dio otra idea de la importancia de dirigir el FMI al abrir indirectamente la carrera para relevar a Strauss-Kahn. La canciller alemana se anticipó a cualquier movimiento en los países emergentes y remarcó que Europa tiene «buenas razones» y «buenos candidatos» -ya se habla de la ministra de Economía francesa, Christine Lagarde- para mantenerse al frente del organismo. Desde su fundación en los acuerdos de Bretton Woods en 1944, EE UU y el Viejo Continente se han repartido la dirección del Banco Mundial y el Fondo, dos puestos codiciados por las nuevas potencias.
Angela Merkel, al igual que el resto de líderes de la Eurozona, teme que un volantazo en el FMI pudiera afectar a su compromiso con la estabilidad de la moneda única. Los detalles del rescate portugués aprobado ilustran el importante papel del organismo con sede en Washington. El montante del salvavidas asciende a 78.000 millones, de los que 26.000 serán aportados por el Fondo. En los casos de Grecia e Irlanda ha participado con un tercio de la cantidad global, 30.000 y 22.500 millones respectivamente.
El rescate de Portugal garantizará las necesidades financieras del país, acorralado por la crisis de la deuda, durante tres años. A cambio, los principales partidos lusos han aceptado llevar adelante un riguroso programa de ajustes que incluye rebajar las pensiones más altas, suprimir prestaciones por desempleo y privatizar las grandes empresas estatales. El salvavidas luso contempla a su vez una llamada a los bancos e inversores para que no dejen de comprar la deuda del país. Lisboa deberá «alentar» al sector privado a mantener su «exposición» a los bonos soberanos lusos. Este requisito fue introducido a última hora por Finlandia, donde el ascenso electoral de la extrema derecha ha obligado al nuevo Gobierno a ser más exigente con el rescate portugués. España contribuirá al programa con 3.247 millones, una cantidad sensiblemente más baja de los 5.000 millones estimados.
Grecia también acaparó buena parte de la atención del encuentro en Bruselas. Después de que los ministros de Finanzas de las principales economías europeas fueran sorprendidos en una reunión secreta en Luxemburgo, la situación de Atenas se incluyó como punto oficial. Los responsables económicos analizaron distintas posibilidades para incrementar su ayuda al país heleno, que el año que viene no podrá volver a colocar sus bonos en los mercados. La Comisión subrayó que la reestructuración de la deuda no está sobre la mesa, pero Alemania parece cada vez más proclive a negociar con los inversores los plazos de devolución de las cuotas.