Ambivalencia paquistaní
Actualizado: GuardarLa sesión celebrada el sábado en el Parlamento paquistaní pasará a la historia de la oratoria inflamada contra los Estados Unidos, tachados de violadores de la soberanía nacional y socios indignos de crédito. El pleno se convocó al hilo de la operación secreta que, a espaldas del gobierno de Islamabad, ejecutaron comandos norteamericanos para matar a Osama Bin Laden. Washington es consciente de que los 'tics' nacionalistas aparecen allí de forma intermitente. Se trata no solo de lógicas reacciones sociales en situaciones de crisis, sino de una profunda ambivalencia, casi esquizofrénica, derivada de la lucha común contra el terrorismo fundamentalista. El espectáculo de grave desacuerdo y las soflamas en ambos lados coexisten con el hecho estructural e invariable de que las dos partes se necesitan. Washington, en particular, sufre con paciencia los excesos locales y envía miles de millones de dólares, porque busca la indispensable cooperación paquistaní no solo en el combate antiterrorista, sino en un eventual desenlace negociado en Afganistán. Así, la pugna, aparentemente tan furiosa, tiene bastante de tempestad en un vaso de agua.